Hay una reacción muy positiva contra los abusos sexuales y las agresiones a niñas, niños, adolescentes y mujeres. Gentes cercanas marchitan el espíritu de quienes tienen el deber de proteger.
Los abusadores están en el entorno en que se mueven sus víctimas, aprovechando su inocencia y su fragilidad, destrozando vidas y dejándolas marcadas para siempre.
El tema está cobrando fuerza a nivel mundial, pues se trata de un problema universal que por lo regular ha estado en muy bajo perfil. Sacarlo a la luz es parte de la estrategia de combatirlo seriamente.
La responsabilidad es de todos, pero en especial de quienes están en mejores posiciones para sancionar a los abusadores, como por ejemplo los jueces.