Podemos salir fortalecidos de esta crisis inesperada, para la que no estábamos preparados. Nadie, ni países ricos ni pobres. Y como es lógico, tampoco socialmente.
En consecuencia, las preocupaciones son generalizadas en las grandes naciones y en las pequeñas. Todos estamos sobreviviendo a la crisis, pero igual pensamos en cómo salir de los efectos que ella va a dejarnos.
Ahora cada quien hace lo suyo en el orden interno. Luego han de venir acuerdos mundiales para restablecer la dinámica. Y si aprendemos de la crisis empujar para fortalecer las debilidades sanitarias y económicas que se han evidenciado.
En el caso de la República Dominicana, para avanzar, hay una agenda que no se puede seguir posponiendo.