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20 de abril 2024
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OpiniónJosé Pérez MéndezJosé Pérez Méndez

Pandemia, turismo y economía

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La lucha por revivir la economía en medio de la pandemia del covid-19 en el mundo ha requerido el uso de la creación de expectativas en el sentido de que las cosas van a mejorar o de que están mejorando.

La llegada de las vacunas generó una gran expectativa de  que ya la pandemia  había llegado a su final y de que muy pronto volveríamos a la normalidad en la que habíamos vivido antes de la pandemia, pero la realidad ha sido otra.

El inicio de la vacunación fue seguida de un incremento en el contagio y la cantidad de muertos como si el virus hubiera reaccionado con enojo ante el reto que le representa la vacuna.

Las naciones ricas han acaparado las vacunas y avanzan en la aplicación de las mismas al mismo tiempo que abren sus economías y dejan a los países pobres en el abandono por falta de vacunas para inocular  a su población.

Con un alto porcentaje de ciudadanos vacunados los países ricos ahora dicen a sus ciudadanos que no viajen a América Latina y otras regiones donde la vacunación es muy baja, a pesar de que saben que el virus no los ataca de manera severa aunque se contagien.

Mientras eso sucede se promueve el turismo interno a los fines de asegurarse de  que los recursos económicos se queden en casa y que no vayan a para a otras latitudes.

Entonces los países pobres no reciben las vacunas por las que ya han pagado ni tampoco reciben los turistas que les llevarían los recursos económicos que necesitan para impulsar sus economías del letargo en que se encuentran.

Será necesario esperar que el mundo desarrollado vacune por completo a sus ciudadanos para que los países pobres puedan recibir las añoradas vacunas por las que ya se pagó pero que no aparecen por parte.

Esperemos que el ritmo a que se entreguen las vacunas a estos países sea el mismo a que se le han entregado a los países ricos y que una vez completada la vacunación, lo cual sería para el 2022, no hayan nuevas excusas y propaganda para limitar que los ciudadanos del mundo desarrollado puedan viajar de vacaciones al mundo pobre.

Por lo menos ya sabemos que para el turismo latinoamericano no hay nada para este año y que tendrán que arreglárselas para sobrevivir y esperar al año 2022.

Esperemos que el año 2022 sea el año definitivo del despegue del turismo y de las economías de los países que dependen de ese renglón para crecer y generar empleos.

Para que eso suceda roguemos al señor!

Por Ing. José Pérez Méndez

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