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19 de abril 2024
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OpiniónJosé NúñezJosé Núñez

¿Con el Padrón de la JCE o con el de los Partidos?

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Escribió el Profesor Juan Bosch, agregando, fortaleciendo y afinando un razonamiento del Apóstol José Martí, “en política hay cosas que se ven y otras que no se ven (JM), y las que no se ven casi siempre son más importantes que las que se ven” (JB).

En el contexto de escoger o seleccionar a los candidatos internos de los partidos para presentarlos como las candidaturas formales en las elecciones del año 2020, se ha armado un barajuste y una serie de opiniones, que lo miserable del tema en cuestión es que muchos razonan por juicio de otros o apegados a los cancerígenos criterios del grupismo partidario.

La situación descripta en el párrafo anterior encuentra un terreno fértil para los debates, porque en el Congreso Nacional se está por fin por aprobar una Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos que tiene más de 20 años en un lleva y trae, con un quita y pone artículos en la referida Ley, y resulta que el tema del Padrón Electoral, ya sea abierto o cerrado, es decir, el de los miembros de cada partido, es uno de los puntos que ha generado más conflictos cargados de intereses políticos.

De ahí es que vamos a comenzar primeramente con los partidos minoritarios, los más pequeños y los nuevos, para mostrarles algunas de las cosas que no se ven, pero que van a ser funestas para éstos en un escenario de elecciones internas abiertas.

Una partido político cualquiera, que sea medianamente pequeño o muy pequeño, en unas elecciones abiertas, donde se seleccionan todos aspirantes el mismo día, sus votantes conscientes, sabiendo que ellos no son decisorios en el proceso electoral que se desarrollará, y que su candidato es único y gana de toda forma, van a escoger o votar por el candidato del partido que creen le puede ganar a su adversario principal, muy especialmente si éste está en el poder.

Entonces, si este partido minoritario, que iba a sacar 4 ó 5 mil votos en las primarias por ejemplo, se les van a reducir mucho más, y cuando vayan al proceso electoral final en un corto plazo, con esas votaciones pírricas, serán ubicados por sus simpatizantes, vistos sin oportunidades de poder ni siquiera competir con cierta influencia, lo que obviamente va a seguir mermando los ya reducidos votos que éstos poseen, lo que crea un indiscutible precedente negativo de cara al crecimiento futuro de estas organizaciones pequeñas.

Y también, si un partido de los mayoritarios lleva un solo candidato, en unas elecciones con el padrón de la JCE, es decir abierto, esa organización política de un solo precandidato, tiene todas las facilidades de mandar sus militantes a votar por un aspirante de su competencia, al cual crean más fácil de vencerlo en la contienda final.

Mientras que en el caso de los tres o cuatro partidos mayoritarios de nombres, ya que realmente sólo son dos los mayoritarios; “PLD y PRM”, a sus estructuras o en sus militancias, según sean elecciones con padrón abierto (el de la JCE), o cerrado, que es el que tiene cada partido, con sus debilidades, pero que es su materia prima principal, les va a suceder lo siguiente:

SI EL PADRÓN ES ABIERTO:

Se deprecian los miembros, mientras que los militantes, especialmente los dirigentes medios, quedan

minimizados, ya que pueden ser sustituidos con suma facilidad por cualquier vivo del barrio, que al  no tener ningún compromiso, está a las órdenes del mejor postor.

Otra interrogante es, ¿el que pierda en una primaria, va a aceptar la derrota si fue a fuerza de papeletas que le ganaron? No es una información nueva para nadie que esté mínimamente y por cualquier vía involucrado en los temas políticos, para saber que en unas elecciones abiertas, la logística y dar entre 300 y 500 pesos será un aliciente determinante para triunfar el día D, es decir, cuando llegue el momento del voto..

Un partido populista no soporta unas elecciones abiertas sin que haya una desgracia; muertos. ¿Podrán o existirá la conciencia entre colegas para permitirse las marruñas entre ellos? Y eso, que no vamos a mencionar las discusiones entre desconocidos, las cosas pueden ser mucho peores, toda vez que entre conocidos ya han ocurrido enfrentamientos físicos, imagínese ahora con estos partidos cada día más populistas y un PLD masificado.

No es lo normal que otros elijan cuándo les va a corresponder elegir otra vez, eso es repetir nuevamente las elecciones, que es lo que realmente provocan las contiendas internas abiertas para todos y el mismo día, en un país que generalmente determina el triunfo quien reciba y dé más recursos, y si se sabe que ya ganó en principio las primarias, ¿y entonces?

Cuál será el sentido de los dirigentes políticos si de fuera vienen a imponerles el candidato, para qué ser militante de un partido, esto puede significar un golpe determinante para el principio del fin en las organizaciones políticas, las cuales ipso facto comenzarán perdiendo parte de su identidad.

Van en los altos mandos de los partidos y en el Comité Central del PLD por ejemplo, a servir de filtros en las aspiraciones presidenciales antes de salir a las calles en unas elecciones internas abiertas, si fuere así, entonces ellos (los altos mandos) están eligiendo y no las bases, como debería ser siempre.

Y si gana internamente un candidato que no lo quieren en su partido, pero ganó en unas contiendas abiertas, ahí, antes de éste haber ganado el poder se crea la discordia, y si va y lo gana, de seguro que entre los dimes y diretes conjuntamente con los celos, es seguro que los platos rotos los paga el Estado o el pueblo, a través de un gobierno de los tira y hala interno.

También esto se puede ver como otro golpe o palo acechado al pensamiento del profesor Juan Bosch, porque muchos de sus pupilos apuestan al patrón abierto, ya que en los estatutos de su organización está escrito; “primero, el dirigente se escoge en su organismo, luego, lo presentan al pleno del intermedio, y si lo aprueba la mayoría, se oferta a su pueblo o al país como candidato oficial del partido”. Y en caso que las aspiraciones sean a la presidencia, el Comité Central es el primer filtro.

Debemos decir, que esta Ley de Partidos Políticos debe ser de consenso, y de aprobarse es con un 75% de la matricula congresual, o sea, que aunque el PLD es el que más votos posee, no tiene el control total en esta situación, pero realmente es el más influyente y lo ha demostrado.

Ahora, por la exigencia de la sociedad y cuando deberían haber más requisitos en los partidos políticos depurando sus aspirantes, se van a poner más liberales, aunque es obvio, la prostitución es más barata cuando es más vetusta, pero aquí es de observar, que muchos de los partidos minoritarios están en esa línea de las ligerezas con los suyos.

Los méritos políticos y la militancia tampoco tendrán importancia con un padrón abierto, ya que cualquiera se puede presentar como candidato con simplemente apuntarse en una organización partidaria, y a los cuatro años o antes, cuando realicen las elecciones abiertas, se puede saltar con el santo y la limosna, inclusive sin nunca haber entrado a un local del Partido que lo postula.

OTRAS CARACTERÍSTICAS DEL PADRÓN ABIERTO:

Ciertamente, hay que admitir las siguientes particularidades de un padrón electoral abierto en unas primarias  internas:

Participa todo el mundo, vota todo el que quiera y pueda, entonces al ser con una población global, la escogencia es más democrática.

Los organismos, al que es miembro de un partido no le pueden poner obstáculos, tal cual pasó con Margarita Cedeño de Fernández en el año 2012, cuando un grupito de miembros del Comité Político del PLD se opusieron a rajatabla a que compita internamente y la hicieron renunciar, solamente por la certeza de lo que podía pasar.

También en un escenario electoral interno abierto, se le presenta al o a los aspirantes un mayor margen del mercado de votantes, ya que por los mismos pueden votar todos los que tengan sus cédulas de identidad y electoral y sean mayores de edad.

Se hacen dos campañas electorales, primero, para que el pueblo elija a los precandidatos internos, y después, para que vuelva a escoger, ya como aspirante nacional por un partido del sistema. Esta situación evidentemente eleva los costos y los gastos geométricamente.

Pero en definitiva, lo institucional, que le da fuerza y las garantías de seguir existiendo a las organizaciones políticas, que inclusive hasta puede coadyuvar a que se disciplinen, es evitando que las elecciones internas o primarias de sus candidaturas sean decididas por los que están fuera de sus estructuras partidarias.

¡Las cosas cambian, pero siempre existen algunas excepciones en las reglas, y esto del padrón, debe seguir como ha sido la costumbre en el país, por el bienestar de los partidos políticos, definitivamente: CERRADO!

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