Hemos aprendido desde los primeros años de reconocimiento o algún nivel de conciencia de la política dominicana, que la ley y los plazos fatales que mandan la constitución y leyes electorales, compiten en orden de prioridad, queremos decir, la ley puede en algún momento o acápite, tener alguna ambigüedad o dudas de entendimiento, pero los plazos no, ó mucho más difícil de darse, en momentos, pudiera superponerse el cumplimiento de una fecha fatal, a cualquier otro criterio, decimos esto, esperando el perdón de los expertos, recordándoles que el legislador, de acuerdo a esas mismas leyes, no necesariamente es abogado.
El incumplimiento de mandato en el tiempo o plazo, ha resultado peor que cualquier otra causa ( caso 1916 e intervención 1965), tan oneroso, socialmente, como otra indefinición electoral; en este momento específico de suspensión de la celebración de las elecciones 16-2-2020, vale revisar la reciente historia, para que la democracia sea preservada con medidas prudenciales al respecto.
Prudencia, es la actitud demandada en este momento, a todos los actores, sobre todo a la Junta Electoral, facilitando un conceso que amplíe en por lo menos tres miembros con plenas prerrogativas en el año electoral que discurre, ¡óigase bien!, debiera ser la junta electoral la que debiera exigir esta ampliación, cualquiera otra cosa puede ser un colapso del nivel de confianza, con la consecuente secuela de dificultades, estas elecciones deben y pueden realizarse en el plazo establecido por la ley, y asumido ya; la fecha recayó en marzo y las siguientes elecciones en mayo, una es influyente en la otro, como diría una sentencia popular, “Cuando Marzo se Mayea, Mayo se Marcea”, es decir, la primera es afectada por la cercanía de la segunda y la segunda, sus resultados, parecen ser dependiente de la primera.
La segunda medida o propósito de la Junta electoral, y toda la sociedad, es poner en manos de tres universidades, al través de sus departamentos e incumbentes técnicos en informática y cómputos, los mecanismos de conteo y registros informáticos de la misma; entre esas universidades debe estar la UASD, “Mientras más claridad, más amistad”, sentencia el pueblo.
Finalmente, y como para curarse en salud, tanto la junta central electoral, como la sociedad en su conjunto, deben sustituir a todo presidente(a) de junta municipal, cuestionado por su parcialidad, y hechos suyos, que se puedan inscribir en ese tenor, para eso hay tiempo, sin modificar mucha cosa, estamos a tiempo, las elecciones estaban montadas y parte de ese montaje está, solo retomarlo y administrar debidamente la ley.
POR JOSÉ ANTONIO MATOS PEÑA