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19 de abril 2024
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OpiniónRamón SabaRamón Saba

Osiris Mosquea

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Nació en San Francisco de Macorís el 5 de noviembre 1956. Desde hace muchos años reside en la ciudad de New York.

Poeta, cuentista y ensayista. Posee una licenciatura en Contabilidad de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y una maestría en Spanish Language and Literature de The City College of New York. Ha realizado cursos sobre Literatura y Sociedad, Medios de Comunicación y Juventud, Liderazgo, así como talleres literarios sobre apreciación poética y varios talleres de creación literaria Fue miembro fundadora del taller literario Búsqueda, donde contribuyó con la preparación y edición de la revista de dicho taller, publicando en la misma sus primeros poemas, en su país natal, República Dominicana. Fundó también Trazarte Huellas Creativas en la ciudad de New York, y coeditora de la revista Trazos, la voz escrita de dicha institución. Ha presentado sus escritos en las tertulias de la comunidad latina, así como en diferentes instituciones de la ciudad de New York. Sus trabajos han sido publicados en revistas  y periódicos alternativos de la ciudad, en la revista digital Mundo Cultural Hispano; en la Antología poética Terre de Poétes Terre de Paix, París 2007; en la antología poética Un Poema a Pablo Neruda en Isla Negra, Chile 2010; en la Antología del XIV Encuentro Internacional de Poetas en Zamora, Michoacán México 2010; Noches de Vino y Rosas, La Antología, New York 2010;  Mujeres de Palabra Poética y Antología, donde además es una de los editores, New York 2010; y en Nostalgias de Arena (Antología Escritores Comunidades Dominicanas en lo Estados Unidos) República Dominicana 2011, entre otros más.

 

Los cuentos de Osiris Mosquea han sido publicados en la revista literaria XALOC, órgano oficial de  la Casa de la Cultura de El Campello, Alicante, España. Ha sido invitada a diferentes encuentros literarios en los Estados Unidos, Centro, Sur América y Europa. Participó en París en el Primer Festival Internacional de Poetas a París por la Paz, en España con La Asociación de Nuevos Escritores de El Campello (ANUESCA) en Alicante; también en Chile, en el encuentro de Poetas del Mundo: Tras las Huellas del Poeta, y en México en el XIV Encuentro Internacional de Poetas en Zamora, Michoacán. Ella es miembro permanente del movimiento internacional, Poetas del Mundo  con sede en Chile y extensiones en diversas partes del mundo.

En su haber literario se encuentran los siguientes: Una mujer: todas las mujeres, Viandante en Nueva York y Raga del Tiempo. Actualmente tiene otro en preparación.

Entre los reconocimientos recibidos por Osiris Mosquea, pueden mencionarse haber sido finalista del concurso internacional de cuentos de Latín American Intercultural Alliance (LAIA); en el 2005 le dedicaron la Feria Internacional del libro de escritoras dominicanas, con sede en la ciudad de New York; en el 2017 recibió el galardón “Mujer Alada” que otorga el Festival Internacional de Poesía Grito de Mujer; entre otros reconocimientos.

Sobre su álbum de poemas Viandante en Nueva York, el crítico y ensayista Franklin Gutiérrez opina que “Viandante en Nueva York es un libro de andanzas bifurcadas. En él concurren: la poeta que reclama compasión para sus héroes, los habitantes comunes de Nueva York batallando por descubrirse a sí mismos, y los desamparados y mendigos, que son los más desdichados de todos los viandantes. Pensarán algunos que este es un poemario desesperanzador, pero no; al contrario, es, por decirlo al modo del inmenso Rubén Darío, un canto de vida y esperanza. Una sinfonía que se esparce en un territorio habitado por inmigrantes que aletean sin tregua para zafarse de la ciudad que los aprisiona.”

Sobre esa misma obra, el laureado poeta y narrador José Acosta señala: “Leer Viandante en Nueva York, libro de la escritora dominicana Osiris Mosquea, es montarse en un barco que navega por un océano brumoso, y observar desde la proa, entre destellos, pasajes claroscuros de una urbe neoyorquina donde siempre llueve y la luna está en cuarto menguante. Y lo que logra el hablante lírico en esta obra, es tomarnos de la mano y hacernos viajar, porque en el fondo, la poesía no es más que viaje. ¿Hacia dónde? Hacia lo más recóndito de las cosas, hacia ese lugar ignoto, supremamente interior, donde el hombre abre los ojos y logra ver y lo que ve lo aturde, lo mata y a la vez lo resucita.”

También la escritora Kianny Antigua opina sobre ese mismo poemario diciendo que “La ciudad de New York es una vorágine de cemento, capaz de devorar las más ruines de las almas. Asimismo, ha sido hogar, lienzo y musa de las más sublimes. La poeta Osiris Mosquea, como solo lo han logrado los grandes, ha visto más allá de los horarios retrasados, de la gente que cada vez se aísla más en su multitud cibernética, del averno que pueden llegar a ser los rascacielos y las luces que nos roban las estrellas de la noche. Viandante en New York, la poeta y su voz lírica, se han apoderado de esta ostentosa ciudad y nos la han entregado convertida en arte; pura y elevada poesía.”

En general, la escritora chilena Gina Canepa estima que la poética de Mosquea recoge las marcas del género y se empapa con la búsqueda de emancipación social, reflexionando al mismo tiempo sobre el propio acto de la escritura desde una conciencia de género.

Concluyo esta entrega de TRAYECTORIAS LITERARIAS DOMINICANAS con un poema de Osiris Mosquea:

Una mujer

 Una mujer camina por las calles de Manhattan

larga singladura la ciudad.

Su voz resuena en el umbral de la noche y

el tiempo se vacía en la puerta de los siglos

descocidos en su garganta.

 

Viene de un peregrinaje cualquiera

de un instante cualquiera

de todos los caminos que otras han recorrido

calladas, abstractas

mordiendo la franqueza

que bosquejó sus cuerpos en las paredes urbanas

en la minuciosa furia que se precipita

frente a la hora de las visiones.

    

Sus pasos son todos los pasos sobre las lianas del asfalto

en los túneles

las aceras

los adoquines

todo el territorio es su casa

pasa y despasa su exilio

siguiendo las huellas

que otras han dejado

triangulando su espacio

de norte a sur biselando el desierto

y vuelve a su punto de partida

reclamando la verdad en su tiempo

y en su rumbo.

Por Ramón Saba

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