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20 de abril 2024
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OpiniónRoberto PaulinoRoberto Paulino

El oro de San Juan y el turismo del sur

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Cada vez que se piensa en un verdadero desarrollo para la región sur,
aparecen unos francos tiradores, que ni son, ni tampoco viven en esta
región abandonada por siglos por todos los gobiernos.

Recuerdo que durante el segundo gobierno del doctor Leonel Fernández,
se planteó la idea de crear un proyecto turístico en la comunidad de Canoa de
Barahona, utilizando unas aguas termales que brotan allí.

El proyecto lo tenían unos inversionistas italianos que harían en el lugar, varios
hoteles, con la condición que le permitieran gerenciarlos por uno 25 años, cosa
esta que encontró una gran oposición de muchos comunicadores, que no se sabe
si respondían a los intereses de algunos empresarios turísticos.

El proyecto no se ejecutó porque sus detractores decían que 25 años era
demasiado para darle eso a los italianos, podría ser cierto, pero deben recordar
que el canal de Panamá se entregó a sus constructores por 100 años y ya es de
los panameños.

Mientras tanto los moradores de La Canoa siguen viviendo la mayoría en su
miseria, los jóvenes no tienen oportunidades de empleo, y los opositores a ese
importante proyecto continúan dándose la dolce vita, porque ellos si tienen la
buena manera de vivir la vida.

Ahora aparece el ministro de Obras Publicas Gonzalo Castillo, rescatando un viejo
hotel en La Ciénega del mismo Barahona, reconstruye una pared y se levantan de
nuevo, quizás lo mismo críticos, diciendo que la misma le quita la vista al mar a
quienes viven en ese lugar y quienes visitan esa zona.

Yo pregunto ¿De mirar el mar se vive? Los moradores de La Ciénega vivirán
mejor si existen fuentes de empleo, no de mirar el mar como pretenden los
opositores a un buen proyecto hotelero, que dará oportunidad de empleo a cientos
de personas que actualmente no hacen nada.

El otro blanco de críticas se las hacen al presidente Danilo Medina, por su empeño
en desarrollar a Pedernales con el proyecto turístico de Bahía de las Águilas,
ahora han surgido unos ambientalistas de nuevo cuño, que eso no tiene
comparación.

Pedernales, una provincia con un margen de pobreza altísimo, con un éxodo muy
inmenso de sus habitantes hacia otras ciudades, huyéndole a la miseria en la que
se ven atrapados, es ese Pedernales que recobrará sus años de gloria cuando
operaba la Alcoa extrayendo la bauxita.

El presidente Medina ha dicho que le llegó la hora al sur de su desarrollo, y tanto
Bahía de las Águilas como el de Gonzalo Castillo van a obligar que se instalen
otros, que indiscutiblemente dinamizaran la exigua economía de los habitantes del
sur.

Pero esos proyectos son mal vistos por personas que piensan que los únicos
destinos turísticos que existen en el país son los de Puerto Plata y los del este,
que el sur no puede convertirse en otra opción turística, por ende torpedean desde
hace muchos años todas las ideas sobre este tema.

En otro aspecto está el proyecto minero Los Romero en la cuenca norte del Rio
San Juan, que lleva acabo la minera Goldquest, en donde se dice que hay
millones de onzas de oro y otros metales a unos 150 metros de profundidad.
Debido a su cercanía del rio más arriba mencionado, ha despertado una férrea
oposición de sanjuaneros, y otros que no lo son, incluso hay un diputado que está
pidiendo que se prohíba la minería en todo lo que se llame la cuenca del Rio
Yaque del Sur.

Fidelio Despradel, el diputado solicitante de esta prohibición minera, al parecer
desconoce la ley de minería, la 146-71, que establece en el artículo 11 lo
siguiente:
La concesión minera da derecho con carácter de
exclusividad sobre todas las substancias que se encuentren dentro del
perímetro de la misma, para explorarlas, explotarlas o beneficiarlas, de
conformidad con las prescripciones de esta ley.

Todas esas compañías que hacen exploraciones en San Juan, están amparada
por esa ley, y tal y como establece el artículo once tienen derecho con carácter de
exclusividad, a explorar, explotar y beneficiarse de todas las sustancias que se
encuentren dentro del perímetro asignado.

Porque nadie en su sano juicio invertirá millones de dólares en explorar en la
búsqueda de oro y otros minerales, para quedarse solamente con la satisfacción
de que lo encontró y no lo puede sacar para su venta.

Pero para poder hacerlo, tienen que demostrar que no causaran daño al medio
ambiente, llámese bosques y fuentes de agua ¿Cómo se verifica esto último?
Sencillamente el Estado debe realizar todos los estudios pertinentes para
determinar si son factibles los proyectos mineros.

Y en ese proyecto minero, eso es lo que aún no se ha hecho, a pesar de que los
propietarios de la concesión minera se han cansado de explicar cómo funcionaría
la explotación minera, la cual según sus explicaciones, no causaría daño al medio
ambiente.

Los ejecutivos de la Goldquest dicen que las aguas del Rio San Juan nos eran
tocada, que utilizaran las aguas de las lluvias que serán atrapadas en una laguna
artificial, que no derribaran un solo árbol, porque las excavaciones serian
subterráneas.

Que el proyecto contempla la siembra de árboles para reponer lo no existentes,
más un masivo programa de siembra de café y la posible instalación de una
procesadora del grano allá en la montaña.

Ahora bien, eso es lo que dicen los ejecutivos de la minera, que es el mismo
discurso de quienes se oponen al proyecto minero ¿Qué es lo que hay que hacer?
Someter a estudios lo que se dice, y comprobar si es verdad que la explotación
minera será así.

Aquí vivimos durante un buen tiempo una pelea en los medios de comunicación, y
en el terreno, mediante protestas en contra de dos proyectos, cuyos opositores
rabiosamente se oponían a que se ejecuten, me refiero al de la cementera de la
comunidad de Gonzalo y al de Loma Miranda.

Fue mucho lo que se habló y fueron muchas las protestas que se hicieron
para detener ambos proyectos, y en los dos se pidió la intervención de
técnicos del PUND, quienes juntos a los dominicanos, determinaron que
no era factible su ejecución.

¿Por qué no hacer lo mismo con el proyecto de Los Romero? Según
tengo entendido los ejecutivos de la minera no se oponen a que vengan
de cualquier parte del mundo a ver como sería el manejo de la
explotación de los minerales.

Si ellos no se oponen ¿Por qué los opositores no le toman la palabra y
piden que se hagan los estudios de factibilidad y viabilidad del proyecto
tal y como se hizo con la cementera de Gonzalo y con Loma Miranda?
Pienso que no lo hacen, porque su afán es oponerse a un proyecto que
puede ser beneficio para la provincia San Juan.

Una provincia cuyos detractores del proyecto minero, son los primeros
que van a los medios de comunicación locales y nacionales a denunciar
el estado deprimente en cómo viven la mayoría de sus moradores por la
falta de oportunidades de empleos.

Si el proyecto minero resulta positivo, el mismo traería una gran
explosión económica nunca vista en toda la historia de la provincia, por
eso mucho antes de estar oponiéndose al mismo hay que estudiarlo muy
bien para no matar algo que sería saludable para los sanjuaneros.

Yo soy abanderado de que se hagan los estudios y que se determine con
exactitud, si en verdad ese proyecto minero no contaminará las aguas
del Rio San Juan, ni dañara el medio ambiente con el derribo de los
pocos árboles que nos quedan en esas montañas.

Los opositores a los proyectos de desarrollo del sur, no he visto a
ningunos de ellos, nunca, plantear alternativas que puedan dar al traste
con el mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes de
esta zona.

Esas son de las personas que le piden a todos los gobernantes que
ejecuten fuentes de empleo, sobre todo para los jóvenes, pero cuando el
gobierno decide crearlas, entonces se oponen. !Qué barbaridad!
Primero con mirar al mar, las personas no comen, segundo tampoco
mirando cactus ni bayahondas en Bahía de las Águilas, y tercero
dejando bajo tierra una inmensa riqueza en oro, plata y cobre.

Creo finalmente que esos minerales con esa riqueza, no se pueden
quedar bajo tierra, hay que buscar una buena alternativa para sacarla,
sin que se produzcan daños colaterales que puedan perjudicar la salud
de todos los habitantes del sur.

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