Eduardo Galeano, quien se arrepiente después de haber escrito hace varias décadas su obra más tomada en cuenta: Las Venas Abiertas de América Latina, posiblemente de una que escribió más recientemente (creo que editada por primera vez en el 2002): Patas Arriba-La Escuela del Mundo al Revés, no se haya arrepentido o tal vez sí. En esta última, mejor que nadie, retrata la sociedad actual; el aporte en esta última obra de este filósofo social contemporáneo, cuya nacionalidad es la uruguaya como José Mujica, es genial.
Ya dije en un artículo anterior el comentario de un amigo de que este mundo está loco, loco, loco, como el título de una película. Los problemas no sólo los tenemos los dominicanos porque casi todos los países del mundo tienen los mismos problemas que nosotros, ya sea en mayor o en menor medida; la inseguridad ciudadana o, la falta de seguridad ciudadana, no es un problema exclusivo de la República Dominicana. Ese problema está sintiéndose en los Estados Unidos, lo que queda evidenciado con las masacres (asesinatos a pluralidades de personas) que se producen de cuando en vez, pero que ahora parecen más frecuentes, especialmente en centros de diversión y en los centros educativos, pero también asesinatos de ciudadanos de la minoría de raza negra. El terrorismo también ha eclosionado en Europa.
La falta de seguridad es un problema que tiene una raigambre económica, bajo el modelo neoliberal impuesto, se trata de quitar roles al Estado y se exige que este recorte gastos en algunas áreas. Aunque el presupuesto de las fuerzas armadas no tiende a ser pequeño, en el caso de la policía se trata de reducir los gastos, en países como estos, pagando poco o bajos salarios a los agentes y no proveyéndoles a estos de los insumos suficientes para poner el orden. Se induce a que la seguridad privada aumente, la cual se convierte en un negocio más que en un servicio que ayuda a la seguridad ciudadana, más bien la seguridad privada se limita a proteger -si es posible- el área de la empresa no el área pública por donde circula cualquier ciudadano. A mi entender, según en la última obra mencionada, la seguridad privada en los mall es lo que más fielmente refleja lo que es la seguridad en la época actual.
Ahora bien, ese no es el único problema que el modelo neoliberal ha traído a casi todos los países, son muchos los problemas que arropan a la humanidad (a casi toda ella), colocándola como si estuviera en un laberinto. Uno de los graves problemas son los bajos salarios, los fondos de la seguridad social, afectan la calidad de vida, aumentando las enfermedades que provocan muertes.
Un problema de vida o muerte es el calentamiento global, a lo cual el jefe de Estado del país más poderoso del mundo obedeciendo a los intereses de los empresarios del petróleo no quiere ponerle atención. Ante tal situación, lo necesario para revertir los problemas, para que La Escuela del Mundo no Esté al Revés, la eclosión de un estallido social con matices diferentes pero parecido al Mayo Francés del 68 es necesaria.
Es necesario un estallido social contra el modelo neoliberal en el mundo, el cual debería darse teniendo como principales sujetos a los trabajadores asalariados, estudiantes universitarios y secundarios, las feministas y los jóvenes, no sin dejarse estos orientar de los adultos, para salvar el planeta. Ese movimiento social debe también incluir a los pequeños propietarios, profesionales y la intelectualidad.
Dicho movimiento social, que debería eclosionar en diferentes países simultáneamente, debería enarbolar la bandera o estandarte del reclamo de la seguridad ciudadana, el rescate del planeta, estatización o nacionalización de la banca y reforma laboral que garantice igualdad de salarios para mujeres y hombres, la libertad sindical, administración justicia de los fondos de pensión, la seguridad social eficiente y una escala móvil de salarios. Los sujetos sociales de este movimiento deberían tomar calles y plazas como ocurrió en la década de 1960 en Francia y en otros países del mundo.
Dicho movimiento debería reclamar hasta conquistarla una nueva educación a escala mundial, por lo menos en los países occidentales, porque hay diferencias culturales en países no occidentales a los que no podemos pretender ponerles una camisa de fuerza. A los países del Islam no podemos imponerle una educación que no se corresponde con sus tradiciones históricas, otra cosa sería que ellos asuman cambios culturales por sus propias convicciones.
Ahora bien, esa nueva educación que ese movimiento social debería asumir debe incluir el fin del odio entre personas de diferentes razas, el fin de los feminicidios, derecho al aborto terapéutico, el rechazo al uso abusivo al uso de la tecnología digital y la defensa del medio ambiente. Es necesario no sólo no odiar a personas de otras razas, no maltratar ni odiar a las mujeres, sino que también es necesario no abusar de la tecnología, porque esta contribuye a muchos males como la inseguridad ciudadana entre otros. La interacción verbal personal, cara a cara, es cada vez más débil, lo que nos deshumaniza más cada vez, como consecuencia del abuso en el uso de la tecnología digital.
Esa nueva educación, una vez instaurada, implica un cambio sistémico, que no sólo incluiría la nacionalización o estatización de la banca, si no también nuevas funciones o roles del Estado, eliminación de paraísos fiscales, eliminación de asociaciones de fondos de pensión y las aseguradoras privadas, controles de precios, regulación de las importaciones, recorte a la libertad de comercio, eliminación del mercado privado de las divisas y revolución agraria o reforma agraria estructural. Esta nueva educación implicaría que los Estados encaminen los pasos hacia salvar el planeta buscando alternativas al petróleo hasta sustituirlo como fuente de energía; la promulgación de un nuevo código de trabajo, un código financiero y un código penal que implique la ejecución de medidas antes mencionadas y otras que siguen a continuación; reducción del parque vehicular por los gobiernos para evitar contaminación y agresión al medio ambiente; control estricto de armas a civiles, reduciendo las ventas de estas y una legislación que prohíba el ruido excesivo en lugares públicos, con la excepción de los aeropuertos y lugares de diversión alejados de zonas de viviendas.