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24 de abril 2024
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OpiniónLeonardo Suriel MorelLeonardo Suriel Morel

#Nuevas Ideas, Nuevos Partidos (1de2)

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La dirigencia de los partidos tradicionales que se hicieron viejos, no por su edad sino por sus ideas, han caído en la obsolescencia, por estar más preocupado por la estética, que por la estructura de las ideas, que es el ADN de las ideologías; el problema no es estético es morfológico, por no construir mensajes con elementos constitutivos (que forma parte esencial o fundamental de algo y lo distingue de los demás), que tengan que ver con la innovación de ideas de quienes dirigen y quieren transmitir una imagen de cambio y modernidad.

El primer símbolo de una «modernización», visualmente hablando es la designación de caras nuevas para la «renovación», o al menos, de un cambio generacional que la gerontocracia no desea; pero debo aclarar que la visión no se debe enfocar a través de la edad puesto que sería erróneo, debido a que la innovación, la transformación y el progreso no reside en la biología sino en la ideología, porque el enfrentamiento entre lo viejo y lo nuevo no es material sino espiritual: de visión.

 

A los partidos de la tercera edad, no se le puede exigir lo que ellos no puede dar, es natural que sean organizaciones inmovilistas resistente a los cambios políticos, económicos, social o de tipo ideológico. Ellos quieren recuperar la confianza de los ciudadanos y, muy especialmente, la de los jóvenes que siempre son dados a hablar con transparencia y abiertos a todo lo que signifique progreso.

En la atmósfera que reside la juventud se respira un ambiente nuevo de cambios, de sueños, alegría, superación; su lengua y su estructura mental se han formado en la era de los microprocesadores que es la cultura de la TICD (Tecnología, Innovación, Comunicación y Diseño); sin embargo la atmósfera en donde viven los partidos envejecientes: El Partido de la Liberación Dominicana (PLD,) Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Alianza País (AP), Partido Revolucionario Moderno (PRM), Frente Amplio (FA) Fuerza Nacional Progresista (FNP) etc. Son terrenos muertos para la producción de ideas visionarias.

 

Esas momias de las ideas y su forma de hacer política, podemos observarla en su ambiente que es propio de ellos, viven encamados en el pasado por haber perdido la movilidad mental, estoy hablando de estructuras mentales e ideas no en el orden biológico, porque siento un gran respeto y honra por las personas mayores. Pero lamentablemente en esas viejas instituciones tradicionales, sólo se respira contiendas, intriga, divisiones, lucha de intereses, corrupción, a excepción de los que no han gobernado, por suerte; en su pensar y accionar son portadores del espíritu de la muerte que planea sobre la República Dominicana; son partidos ancianos de los conceptos y la practica; están internos en el geriátrico de las ideas en donde únicamente se respira el pasado, frustración y derrota.

 

A los viejos partidos se les acabaron los discursos que puedan motivar a la sociedad para promover los cambios estructurales que nos puedan sacar del subdesarrollo, sus ideas no tienen luz, porque el único resplandor que se puede ver en ellos es su afán de protagonismo queriendo brillar lo mismo que el sol, pero no se han percatado de que están apagados. Estos partidos padecen de disabilidad; es decir, retraso mental, porque su aprendizaje es limitado por la falta de comprensión de la realidad para poder interpretar los nuevos tiempos.

 

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) es una organización psicorígida, que nunca tuvo limitación de inteligencia; ahora, ellos viven dentro de una burbuja de confort que no le permite ver el contexto, esta organización padecen de una limitación de flexibilización del pensamiento

antes los cambios y demanda que está experimentado la sociedad dominicana y el mundo, los cuales no asimilan por ser dogmaticos-emocionales y no quieren aprender a desaprender para nuevamente aprender las nuevas ideas y los nuevos tiempos. En esta categoría también entrarían el Frente Amplio (FA), Alianza País (AP) entre otras organizaciones tradicionales; porque su discurso y su estructura mental son parte de los restos insepultos de la guerra fría. Estos partidos sólo están obsesionados en tener el control de la nación, pero no quieren abrir la mente al cambio por tener un exceso de confianza en sí mismo.

 

El Partido Reformista Social Cristiano tiene demencia senil o Alzheimer por padecer serio daños en la corteza cerebral lo que le incapacita para coordinar las ideas, pudiendo ser diagnosticado con una minusvalía mental que le impide pensar, imposibilitándole ubicarse en el espacio y el tiempo real en que se encuentra: El siglo XXI; sólo se acuerdan de lo que fueron, y ya no son, viven de gloria pasada, pareciese que fueran disléxico por usar un vocabulario obsoleto que la juventud no entiende; ellos no han comprendido de que ya no vivimos en una sociedad rural sino urbana del conocimiento y la información. Los reformistas eran peligroso, rabiosos y agresivos por eso la sociedad le puso una camisa de fuerza.

 

Pero el caso más singular y patético es el del Partido Revolucionario Moderno (PRM) que de moderno sólo tiene el nombre, todo un desacierto al nombrarlo así, a algo que nació muerto para transformar la sociedad, porque eso es más de lo mismo: PRD. Es una especie de organización bipolar porque ellos se hacen llamar moderno y se lo creen, pero su accionar es antiguo; entendemos que los perremeístas padecen de un agudo trastorno de la personalidad institucional, sumado a que sufren de una seria perturbación sicomotora que le impide la coordinación entre el pensar y el hablar; lo que lo incapacita para crear, teniendo graves problemas para la compresión de la lectura que la sociedad escribe en forma reivindicación, lo cual refleja un serio desorden estructural para pensar; debemos reconocer que lograron articular una idea que los niños dicen cuando empiezan a hablar: «llegó papá «.

 

El desprestigio de los partidos viejos ha producido una profunda desconfianza entre los electores desincentivando, progresivamente, el apoyo de que gozaban en el pasado; la sociedad rechaza , enérgicamente a los partidos tradicionales, porque están pidiendo a gritos un cambio de rumbo político quieren, algo nuevo con ideas nuevas, transparencia, honestidad y cero impunidad.

 

Los partidos de ideas viejas sustentan su accionar político en el clientelismo, una práctica tradicional que está deshonrada, porque le ha robado mucho al desarrollo de esta nación, puesto que recursos que debieron ser destinado a educación, sanidad, inversión, ciencia, tecnología etc., fueron utilizado malintencionadamente a la compra de conciencia. Esto continuará así hasta que la economía dominicana pueda seguir manteniendo ese esquema o que el pueblo se levante y exija un cambio. El sistema clientelar está dando señales de que ha tocado fondo, sino observen los escándalos de corrupción.

 

A estos partidos ya no le vale reorganizarse, en un intento desesperado de dar una falsa imagen de modernización, es muy difícil modernizar una organización de ancianos ideológicos con las mismas caras e ideas, que han estado en la vida política durante muchos años. Una modernización implica caras nuevas discurso nuevo; pero es muy difícil modernizar una estructura cuando ha perdido credibilidad en la población. El sistema político de partidos

tradicionales se encuentra en estado de crisis integral y generalizada; la idea es sobrevivir, porque sino se modernizan mueren; pero lo más penoso de este drama es que estos partidos antiguos están enterrados en la tumba de la historia, pero ellos no lo saben.

 

 

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