La decisión del Gobierno de apostar a mantener la apertura de la República Dominicana es correcta y oportuna. Y conviene no dejar dudas en ese sentido.
Han asegurado las autoridades que el país está preparado y alerta para seguir encarando la situación sanitaria que ha generado la pandemia del COVID-19 y sus variantes. De hecho, la letalidad está en el 0.98 %, lo que es un nivel muy bajo como para no poder convivir con la pandemia, mientras vamos superando la situación.
Es, además, lo que está ocurriendo en todo el mundo para abrir las actividades y la economía.
Empero, eso no significa que no tomemos las medidas que sean necesarias para encarar las dificultades de cualquier índole que pudieran irse presentando. Y estar conscientes que la sostenibilidad duradera de la apertura debe estar sustentada en un protocolo básico para los distintos escenarios en que nos movemos.
Eso incluye oficinas, restaurantes, comercios, eventos, escuelas y universidades. Démosle vida a los agentes COVID para que hagan cumplir el protocolo.