EL NUEVO DIARIO, NUEVA YORK.- La niñera dominicana Yoselyn Ortega, enjuiciada en la Corte Suprema Estatal de Manhattan por los asesinatos de los niños Lucía y Leo Krim de 6 y 2 años de edad, que estaban a su cuidado, rió el viernes, cuando el detective actuante Francis Brennan (retirado), describía al jurado la escena del crimen.
La acusada, cuya abogada alega locura en el momento de los homicidios, también habló para sí misma en español mientras el exoficial relataba cómo los cadáveres estaban en un charco de sangre en una de las bañeras del apartamento de la familia Krim en la calle 75 al Oeste de Manhattan en octubre de 2012.
El detective recordó haber llegado al apartamento donde dijo encontró a Ortega herida y en el piso.
«Miré hacia abajo y ella estaba sangrando y tenía los ojos cerrados. Parecía muerta», narró a los miembros del jurado.
Ortega se acuchilló en la garganta tratando de degollarse, justo cuando la madre de los niños, Marina Krim, abrió la puerta del baño, para descubrir que sus hijos fueron masacrados y abandonados en la bañera.
En ocasiones durante el testimonio de Brennan, Ortega, de 55 años, ponía los ojos en blanco y negaba con la cabeza, pareciendo estar en desacuerdo con lo que el detective estaba diciendo.
Temprano en el día, el detective de la Policía Carl Roadarmel testificó sobre la búsqueda en el apartamento de Ortega después de los asesinatos, donde encontró recibos de dinero enviado a la República Dominicana en cantidades de $150 y $140, tarjetas religiosas y rosarios católicos.
Si es declarada culpable, Ortega se enfrentará a cadena perpetua, pero podría ser internada en una institución mental si resulta convicta por demencia.