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24 de abril 2024
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OpiniónFrancisco Rafael GuzmánFrancisco Rafael Guzmán

Natividad de Jesús: Cristianismo y Moral

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Según el entendimiento del autor ningún ser humano ha resuelto y  ni resuelve nada y  con decir soy creyente o con decir soy ateo, ya que el origen universo o la naturaleza del ser (el problema ontológico) es un problema difícil de resolver o al que hasta ahora no encontramos solución racional. Cuando nos abocamos a explicar los orígenes del universo no encontramos una explicación científica, donde el razonamiento se sustente en las observaciones conmensurables; los orígenes el ser hasta ahora constituyen  un enigma para la ciencia, aunque para la filosofía no lo sea.

Se trata de un asunto de fe o dogma la creencia acerca como se originó la supuesta explosión denominada Big Bang que dio origen al universo. Parece lo más lógico aceptar que se formó de una explosión que generó una masa de materia incandescente, ya que el calor se asocia mucho al movimiento de la materia y el mundo (la materia) está en  constante movimiento.

Creer en que Jesús de Nazaret o de Belén de Judea existió o no es un ser ateo o ser creyente; sin embargo, aparentemente no está confirmada por ningún historiador la existencia del Jesús  de Nazaret. La biblia no es un libro escrito por historiadores, sino un libro basado en los dogmas o creencias religiosas. Aparentemente, los evangelistas no vivieron la época que vivió el mesías.  De todos modos, por la explosión o irrupción que hizo el cristianismo en el Medio Oriente, en Europa y en todo el mundo occidental después del descubrimiento de América, podemos asumir que  Jesús fue una realidad, aunque no lo rollos de papiro del Mar Muerto.

Entre el cristianismo de los tiempos de la vida de Jesús y el que practican la mayoría  de los cristianos de hoy día hay una diferencia abismal o abisal; el cristianismo de los tiempos Jesús surgió como un movimiento de los débiles contra los fuertes, donde hasta cierto -por el gran carisma de Jesús- la lucha del débil contra el fuerte fundamentada en los dogmas religiosos se hizo emblemática en una región desértica y en que la lucha con las fuerzas de la naturaleza para poder sobrevivir era  muy ardua. Fue una lucha del pobre contra el poder del rico, fue lucha contra las prácticas del judaísmo.

Fue una lucha contra los excesivos patriarcalismo y machismo de la sociedad hebrea. Pretendió el cristianismo hacer una revolución moral, fundamentada en las creencias en el más allá, en las creencias en la vida después de la vida, creencias en la vida después la corrupción de la carne o de la biología humana, para terminar creando una nueva religión  y con ella una nueva cosmogonía que pretendía buscar el origen divino del universo y/o de la existencia.

En los hechos el cristianismo primitivo al eclosionar en la cultura hebrea se constituyó una suerte de revolución moral, al reclamar y reivindicar de los débiles, los desharrapados (pobres) de las ciudades, los artesanos, las mujeres, los niños, los jóvenes, los  enfermos y las prostitutas (estas últimas eran apedreadas en los perímetros de los templos). Todo esto lo explica muy bien el psicoanalista social de la escuela de Frankfurt  Eric Fromm en su obra: El Dogma de Cristo.

Sin embargo,  aunque el cristianismo al entraren Europa en principios se opone a la esclavitud del Imperio Romano  de Occidente y se enfrenta a este, lo cierto es una vez cae dicho imperio el cristianismo se convierte en una religión  que protege el régimen feudal, siendo adaptados todo el conjunto de dogmas para tal. A San Agustín (Agustín de Hipona, una ciudad del continente africano) -quien se reconoció como un gran pecador, lo cual afirma en su obra: Confesiones, la cual constituye una suerte de autobiografía- se consideró padre de la iglesia católica y fue canonizado.

Existe una suerte de hagiografía de San Francisco de Asís de la autoría de Giuseppe Crescimbeni, editado por la casa editorial San Pablo, en la que se da cuenta de que el Santo Francisco de Asís llevó una vida semejante a la de Jesucristo como se ha dicho, ya que renunció a casi todo lo que fuera boato, opulencia y vanidad, pese a que nació a finales del siglo XII y ya para esa época el cristianismo católico había cambiado tanto, no podía ser por ningún caso  hacer parangón  con el cristianismo de los tiempos de Jesús.

Incluso, ya desde los primeros siglos en que el cristianismo se  estableció en Europa, existiendo o sin existir la institución del celibato, los sacerdotes y los cristianos cometían atrocidades contra niños que eran hijos de sacerdotes (matándolos para heredaran sus bienes) y contra los paganos, quemándoles a estos los árboles que adoraban considerándolos como sagrados de acuerdo a las creencias paganas.

El deterioro moral en que ha caído lo iglesia católica podría resolverlo con una reforma que termine arribe a la eliminación del celibato, pero además renuncie a defender muchas injusticias que ha defendido. La fecha es propicia para la reflexión de los católicos.

Por Francisco Rafael Guzmán F.

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