El presidente Luis Abinader está apostando a la transparencia en su gobierno. Y es la mejor manera de mostrar que si se equivoca es procurando el camino correcto. Será si es consistente en esta práctica su mayor fuente de legitimidad social.
Su decisión puede acarrearle dificultades con algunos de sus propios compañeros de partido o funcionarios, que no siempre simpatizan con esta idea, pues implica establecer un sentido del límite en el ejercicio del poder.
Sin embargo, el mandatario quedará protegido de su propia cercanía, pues por lo regular resulta el mayor riesgo de excesos, ya que quienes están fuera no dañan.
Hacer público el manejo del Presupuesto es una decisión muy saludable. En todos los sentidos.