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25 de abril 2024
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OpiniónManuel Berges HijoManuel Berges Hijo

Muro entre India y Bangladesh

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¡Solo siendo dominicano, se siente lo que yo siento

Desde el año 2015, sin  bulla, callada,  sin prensa,  sin  aspavientos,  y sin   nadie de la comunidad internacional, en contra, la India construye en su  larga  frontera de  3,286 km con Bangladesh, (antiguo Pakistán Oriental )  un   Muro de igual longitud  mediante  una  valla de alambre de púas de  tres (3)  metros de alto, para evitar que los habitantes  de su  vecino crucen  libremente  hacia India, en  especial  la inmigración ilegal,   y además,  para evitar  el contrabando y el paso de supuestos terroristas, y para calmar a los separatistas assameses que han atacado últimamente a inmigrantes ilegales provenientes de Bangladesh.

El conflicto en Assam es una insurgencia en el estado de Assam de la  India,  y  se inició en la década de 1970, por el  abandono hecho por el   gobierno hacia  esa  Provincia  o estado de Assam, que de pasada  es rico en petróleo.​

Es tan fuerte  el intento separatista  de Assam, que varias organizaciones conforman la insurgencia, entre ellos el Frente Unido de Liberación de Assam (ULFA), Ejército de Liberación Nacional Adivasi, Karbi Longri N.C. Hills Liberation Front (KLNLF) y el Frente Nacional Democrático de Bodoland (NDFB),  de los cuales en batallas, luchas, bombas, ataques repentinos etc., han perdido la vida unos 12,000 miembros de la facción  ULFA que entre todas esas organizaciones es la más influyente y que tiene o utiliza vínculos con la Inter-Services Intelligence de Pakistán, más la cantidad de  18,000 civiles y miembros de otros grupos.

Se comenta que ULFA ha participado activamente en el negocio del narcotráfico y que ha atacado a  trabajadores de habla hindú.​

El muro en  la India, se   erige  a unas 60 millas al este de la ciudad de Calcuta y costará unos E$800 millones de euros, que en RD equivaldrían  más o menos unos RD$48 mil   millones de pesos.

Bangladesh se   opone al proyecto alegando  que existe un Tratado de Paz de 1974, que se debe cumplir pues la construcción se hace a menos de 150 metros de la frontera entre las dos naciones  y que   esa construcción según   dicho Tratado,  de pasada lesiona asentamientos Indios, que  suman medio millón de personas que se quedarán aislados ya que sus casas se encuentran entre la frontera y el muro, lo cual motivaría a que   esas personas en la “tierra de nadie” abandonen   sus hogares.

La valla  de  alambre de  púas, se combina en su estructura  con   un  muro de piedra con alambradas sobre él  y 25 torres de vigilancia donde se ubican los efectivos del Cuerpo de Seguridad Fronteriza indio, que llama a la frontera ‘línea cero’.

Sin embargo,  Bangladesh reconoce la facultad  de la India de  hacer su Muro, al   punto de  que  desde hace tiempo, se puede  ir  vía terrestre desde Dhaka la capital de Bangladesh,  a Calcuta, algo que no era posible antes de 1970, debido a las diferencias  con Pakistán.

Siendo la India un   país poderoso frente a Bangladesh,  que es sumamente  pobre, se estima que la India debería ayudar a la población de Bangladesh, ya que si no se llega a acuerdos razonables,  las tensiones podrían aumentar.

La India tampoco quiere perder ese  mercado  y  ha ofrecido a   Bangladesh un arancel mínimo en las importaciones y la posibilidad de invertir en la India, algo que todavía no se ha logrado con el otro vecino, Pakistán, pero ese  proyectado  tratamiento  choca con el alto    contrabando y la emigración ilegal  en la zona, y es por ello que India construye este muro.  Actualmente las partes tratan de  llegar a un acuerdo para  evitar que Bangladesh se convierta en un nido de extremistas islámicos.

En los 150 metros de la tierra de nadie, se comercia ilegalmente ganado vacuno,  por la falta  de infraestructuras y las trabas burocráticas  que  retrasan el envío y recepción del ganado,  pero algunos  radicales hindúes se oponen a que la India venda estos animales,  considerados sagrados, para ser sacrificados como carne de consumo humano en Bangladesh. Sin embargo, los bengalíes indios a pesar de ser hindúes, no sólo consumen este tipo de carne, sino que además la exportan a sus vecinos desde hace generaciones.

Sorprende a quienes vivimos en este hemisferio, que  la India es el tercer mayor exportador de carne de vacuno, y los ganaderos indios temen ahora que las grandes empresas se apoderen de este sector y terminen con su medio de vida.

Todo esto ocurre tan  lejos de nuestra Patria  que hasta se nos dificulta creer que esos pleitos suceden y que tantas personas mueren  por esos ideales.

En cambio, en nuestra amada Republica, el Tratado de Aranjuez  de 1777,  fijó la actual frontera  con   Haití,  la cual  lamentablemente no es custodiada en sus 391 km, lo cual permite con el callado consentimiento de nuestras autoridades y el empuje o apoyo de la comunidad internacional, que los haitianos crucen hacia acá, por donde les plazca y les sea más fácil, generando esta situación un pase de contrabando de drogas, armas y personas,  sin ningún control.

Se rumora  que más de 5,000 suramericanos residen en Haití;  asumo que en asuntos  de drogas, pues en Haití,  no hay industrias ni comercios que ameriten esta cantidad de ciudadanos  extranjeros.

Después de varios intentos de negociaciones y de intentos de acuerdos más bien  de tipo comercial,  con resultado adverso, de mutuos choques verbales, diplomáticos y escaramuzas   entre ambas  Partes,  unido esto a la inexistencia de instituciones viables en Haití, como la que provee entre  otros: la debida  identificación, la falta de Hospitales y de escuelas, la falta de un Catastro inmobiliario, de  comida,   la falta de empleos,  nos motiva a construir un muro que garantizara  que su entrada a nuestro territorio, sea legal,  por una o varias puertas, debidamente documentados con un Pasaporte, no como es hoy, que disfrutan de nuestro territorio como les viene  en  ganas.

El Muro va  y debe  ser promovido mediante un Referéndum que el pueblo reclame a las autoridades, para que los poderosos locales e internacionales vean  y sepan  que somos serios patriotas,  en nuestra posición de proteger nuestro sagrado  territorio.

¡Dominicano, hoy  se necesita sangre  tipo Duarte!

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