¡Solo siendo dominicano, se siente lo que yo siento
Desde el año 2015, sin bulla, callada, sin prensa, sin aspavientos, y sin nadie de la comunidad internacional, en contra, la India construye en su larga frontera de 3,286 km con Bangladesh, (antiguo Pakistán Oriental ) un Muro de igual longitud mediante una valla de alambre de púas de tres (3) metros de alto, para evitar que los habitantes de su vecino crucen libremente hacia India, en especial la inmigración ilegal, y además, para evitar el contrabando y el paso de supuestos terroristas, y para calmar a los separatistas assameses que han atacado últimamente a inmigrantes ilegales provenientes de Bangladesh.
El conflicto en Assam es una insurgencia en el estado de Assam de la India, y se inició en la década de 1970, por el abandono hecho por el gobierno hacia esa Provincia o estado de Assam, que de pasada es rico en petróleo.
Es tan fuerte el intento separatista de Assam, que varias organizaciones conforman la insurgencia, entre ellos el Frente Unido de Liberación de Assam (ULFA), Ejército de Liberación Nacional Adivasi, Karbi Longri N.C. Hills Liberation Front (KLNLF) y el Frente Nacional Democrático de Bodoland (NDFB), de los cuales en batallas, luchas, bombas, ataques repentinos etc., han perdido la vida unos 12,000 miembros de la facción ULFA que entre todas esas organizaciones es la más influyente y que tiene o utiliza vínculos con la Inter-Services Intelligence de Pakistán, más la cantidad de 18,000 civiles y miembros de otros grupos.
Se comenta que ULFA ha participado activamente en el negocio del narcotráfico y que ha atacado a trabajadores de habla hindú.
El muro en la India, se erige a unas 60 millas al este de la ciudad de Calcuta y costará unos E$800 millones de euros, que en RD equivaldrían más o menos unos RD$48 mil millones de pesos.
Bangladesh se opone al proyecto alegando que existe un Tratado de Paz de 1974, que se debe cumplir pues la construcción se hace a menos de 150 metros de la frontera entre las dos naciones y que esa construcción según dicho Tratado, de pasada lesiona asentamientos Indios, que suman medio millón de personas que se quedarán aislados ya que sus casas se encuentran entre la frontera y el muro, lo cual motivaría a que esas personas en la “tierra de nadie” abandonen sus hogares.
La valla de alambre de púas, se combina en su estructura con un muro de piedra con alambradas sobre él y 25 torres de vigilancia donde se ubican los efectivos del Cuerpo de Seguridad Fronteriza indio, que llama a la frontera ‘línea cero’.
Sin embargo, Bangladesh reconoce la facultad de la India de hacer su Muro, al punto de que desde hace tiempo, se puede ir vía terrestre desde Dhaka la capital de Bangladesh, a Calcuta, algo que no era posible antes de 1970, debido a las diferencias con Pakistán.
Siendo la India un país poderoso frente a Bangladesh, que es sumamente pobre, se estima que la India debería ayudar a la población de Bangladesh, ya que si no se llega a acuerdos razonables, las tensiones podrían aumentar.
La India tampoco quiere perder ese mercado y ha ofrecido a Bangladesh un arancel mínimo en las importaciones y la posibilidad de invertir en la India, algo que todavía no se ha logrado con el otro vecino, Pakistán, pero ese proyectado tratamiento choca con el alto contrabando y la emigración ilegal en la zona, y es por ello que India construye este muro. Actualmente las partes tratan de llegar a un acuerdo para evitar que Bangladesh se convierta en un nido de extremistas islámicos.
En los 150 metros de la tierra de nadie, se comercia ilegalmente ganado vacuno, por la falta de infraestructuras y las trabas burocráticas que retrasan el envío y recepción del ganado, pero algunos radicales hindúes se oponen a que la India venda estos animales, considerados sagrados, para ser sacrificados como carne de consumo humano en Bangladesh. Sin embargo, los bengalíes indios a pesar de ser hindúes, no sólo consumen este tipo de carne, sino que además la exportan a sus vecinos desde hace generaciones.
Sorprende a quienes vivimos en este hemisferio, que la India es el tercer mayor exportador de carne de vacuno, y los ganaderos indios temen ahora que las grandes empresas se apoderen de este sector y terminen con su medio de vida.
Todo esto ocurre tan lejos de nuestra Patria que hasta se nos dificulta creer que esos pleitos suceden y que tantas personas mueren por esos ideales.
En cambio, en nuestra amada Republica, el Tratado de Aranjuez de 1777, fijó la actual frontera con Haití, la cual lamentablemente no es custodiada en sus 391 km, lo cual permite con el callado consentimiento de nuestras autoridades y el empuje o apoyo de la comunidad internacional, que los haitianos crucen hacia acá, por donde les plazca y les sea más fácil, generando esta situación un pase de contrabando de drogas, armas y personas, sin ningún control.
Se rumora que más de 5,000 suramericanos residen en Haití; asumo que en asuntos de drogas, pues en Haití, no hay industrias ni comercios que ameriten esta cantidad de ciudadanos extranjeros.
Después de varios intentos de negociaciones y de intentos de acuerdos más bien de tipo comercial, con resultado adverso, de mutuos choques verbales, diplomáticos y escaramuzas entre ambas Partes, unido esto a la inexistencia de instituciones viables en Haití, como la que provee entre otros: la debida identificación, la falta de Hospitales y de escuelas, la falta de un Catastro inmobiliario, de comida, la falta de empleos, nos motiva a construir un muro que garantizara que su entrada a nuestro territorio, sea legal, por una o varias puertas, debidamente documentados con un Pasaporte, no como es hoy, que disfrutan de nuestro territorio como les viene en ganas.
El Muro va y debe ser promovido mediante un Referéndum que el pueblo reclame a las autoridades, para que los poderosos locales e internacionales vean y sepan que somos serios patriotas, en nuestra posición de proteger nuestro sagrado territorio.
¡Dominicano, hoy se necesita sangre tipo Duarte!