La firma de los acuerdos de Bretton Woods, en New Hampshire en el 1944, dejó echadas las bases para lo que más adelante se llamó Globalismo o Globalización de la economía del mundo, pero no fue hasta la década de los 80’s cuando el Consenso de Washington permitió la implementación de una serie de medidas de corte Neoliberal que indujeron a la económica mundial hacia el Globalismo.
Desde ese entonces el mundo fue testigo de esa gran Ola Neoliberal que derrumbó todas las barreras y los obstáculos para permitirle a los capitales y a los capitalistas movilizarse libremente por todo el mundo al margen de las fronteras físicas e imaginarias que separaban a los países entre sí.
Los tratados de libre comercio se convirtieron en el más común de todos los acuerdos entre los países y tras de ellos venían las grandes corporaciones y se establecían en los lugares que previamente habían firmado dichos acuerdos. Los capitales se movían de manera electrónica por todo el mundo en busca de mejores destinos para la rentabilidad.
Y así llegamos a este momento en que muchos países desarrollados han visto perder muchos empleos por la migración de sus capitales, mientras que los países emergentes han visto perecer sus industrias por la llegada avasallante de los grandes capitales del mundo desarrollado.
Digamos que estamos viviendo y sintiendo los efectos secundarios del Globalismo tanto en las naciones ricas como en las emergentes, en las que ahora se dice que dicho movimiento económico no ha sido bueno para sus economías y sus ciudadanos, por lo que se pide a gritos la revisión de los acuerdos de libre comercio y la implementación de medidas para proteger la industria y el empleo.
En los Estados Unidos de Norteamérica, el nuevo Presidente Donald Trump, ha anunciado medidas y firmado órdenes ejecutivas para hacer regresar las empresas a su país y evitar que otras emigren hacia otros destinos, por lo que USA de ser el principal del Globalismo ahora lo reniega y promueve el Nacionalismo.
Pero a pesar de que la Globalización no abrió las puertas a la migración en el mundo, ahora estamos viendo que el Nacionalismo promueve la expulsión de inmigrantes y la construcción de muros fronterizos que impidan el ingreso en los territorios de los países apetecidos de nuevos inmigrantes.
O sea que en ambos casos, Globalismo y Nacionalismo, los habitantes de los países emergentes han sido sacrificados para complacer las apetencias del capital, sin que su opinión haya sido tomada en cuenta para la implementación de las políticas en cuestión.
No obstante todo lo dicho anteriormente a la República Dominicana se le quiere regatear el derecho que tiene a ser nacionalista también, no solo en materia de migración de seres humanos a su territorio sino a la implementación de medidas y toma de decisiones económicas y comerciales que vayan en beneficio de su interés nacional como país.
Eso es lo que no se entiendo en este mundo de hoy, por demás complejo y complicado, ya que mientras las naciones ricas y desarrolladas construyen muros y deportan a millones de inmigrantes, ellos mismos le quieren cortar la cabeza a cualquier país o gobernante que decida hacer lo mismo, o incluso, comprarle productos y servicios a quienes mejor le convenga.
Entonces señores poderosos, seguimos con el Globalismo o asumimos el Nacionalismo?