EL NUEVO DIARIO, MOSCÚ.- Rusia reconoció hoy que en el reciente ataque de la coalición liderada por EEUU contra fuerzas progubernamentales sirias en la provincia de Deir al Zur resultaron heridos decenas de ciudadanos rusos.
«Durante el reciente enfrentamiento -en el que no participaron de ninguna forma miembros de la Fuerza Armada de Rusia ni se usaron medios técnicos de reglamento- murieron ciudadanos de Rusia y de otros países de la Comunicad de Estados Independientes (…) y se registraron decenas de heridos», dice un comunicado del Ministerio de Exteriores ruso.
Los heridos, agrega la nota, fueron «atendidos» a su regreso a Rusia, donde «fueron sometidos a tratamiento en diversos centros médicos».
La cancillería rusa volvió de esta forma a admitir la presencia de sus nacionales en Siria, que -asegura- viajaron a ese país por «voluntad propia y con fines distintos».
A la vez, Exteriores recalcó que no es competencia suya valorar la legalidad de las acciones de estos ciudadanos.
El Código Penal de Rusia castiga con hasta 7 años de cárcel la participación en conflictos armados o acciones militares en calidad de mercenario.
Hace unos días, el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, tachó de «especulaciones poco correctas» las informaciones sobre cientos de rusos muertos en el ataque de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, Moscú admitió que, según datos preliminares, «cinco personas presuntamente de ciudadanía rusa fallecieron en un combate cuyas causas se están aclarando».
El grupo Conflict Intelligence Team (CIT), que investiga desde 2014 la participación de mercenarios rusos en las guerras de Ucrania y Siria, ha revelado a Efe que al menos cuatro contratistas rusos murieron en ese bombardeo.
El director del CIT, Ruslán Levíyev, aseguró que estos mercenarios eran miembros de una compañía militar privada llamada Wagner, con base en el sur de Rusia y que coordina sus operaciones con el Ministerio de Defensa.
Estados Unidos lanzó su ataque contra un grupo de combatientes partidarios del presidente sirio, Bachar Al Asad, que entraron en combate con las Fuerzas de Siria Democrática, una alianza liderada por los kurdos y respaldada por Washington.
