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19 de abril 2024
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OpiniónLuis Columna SolanoLuis Columna Solano

Morder la Bala

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Han sido varios los partidos políticos que han gobernado con holgada mayoría parlamentaria o congresual desde que se sueña, o al menos, se habla de la necesidad de una Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas en República Dominicana, pero ha sido en esta etapa cuando peor se han hecho las cosas.

Por ejemplo, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) durante su última gestión del Gobierno, hizo uso de su mayoría parlamentaria y aprobó una iniciativa en ese sentido, que luego fue suspendida por la Sala Constitucional de la Suprema Corte de Justicia cuando aun no existía el Tribunal Constitucional.

Esto quiere decir que mucho antes del Gobierno Constitucional del ex presidente Hipólito Mejía Domínguez “2000/2004”, ya en República Dominicana hacia años se que anhelaba la idea de dotar al país de una Ley que regule el desordenado sistema político actual, y que también sustituya la actual Ley electoral 275-97.

El Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) que gobernó el país durante 22 años, también  tuvo su oportunidad de ejercer una mayoría congresual para imponerse en esa dirección y no lo hizo. Sin embargo el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que tiene el control de casi todos los poderes del Estado desde hace más de una década, está mordiendo la bala con la aprobación de un proyecto de Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas sin el consenso requerido en el seno de los principales actores de vida nacional, llámese: Oposición política, iglesias, empresarios, industriales, sindicatos, gremios profesionales y medios de comunicación. Pero lo más delicado de este asunto, que no se trata tan siquiera del PLD en su conjunto, sino de un sector del mismo.

El Senado de la República aprobó a la carrera y de forma compulsiva, un proyecto que de no ser rechazado o al menos, aprobado con modificaciones en la Cámara de Diputados, traería graves consecuencias al país por inaplicabilidad y carecer del más minino consenso entre las fuerzas  vivas de la Nación. De paso, lejos de unir, rompería por la mitad los dos partidos principales,  “PLD y PRM” y dejaría en dificultades a una docena más. El PLD como partido oficial debe volver a su cauce y dejar de hacer el papelón que viene ejerciendo desde el recrudecimiento de sus diferencias internas.

No puede ser posible que las apetencias personales o luchas grupales deriven en imponer al pueblo un nuevo modelo de vida y participación electoral, amparada en sofismos que nada guardan con la realidad objetiva. Un sistema político que no tengo reglas consensuadas entre los actores principales, que son los partidos políticos,  es un sistema que está condenado al fracaso y posterior modificación, por lo tanto, lo más sensato desde un punto de vista político, es hacer las cosas con el consenso requerido al margen de los perseguidos réditos políticos.

En consecuencia, cada ciudadano que ostente una función pública o puesto electoral, debe saber que la historia ha de ser escrita y que en tal sentido, son muchos los llamados y pocos los escogidos. Hay que Gobernar, Legislar y aplicar las Leyes con la mirada puesta en el horizonte. No es necesario torcer el rumbo natural de las cosas, pues el tiempo siempre pasa y se encarga de poner cada cosa y a cada quien en su lugar.

Autor: Lic. Luis Columna Solano

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