El presidente electo, Luis Abinader, está implementando una modalidad nueva e interesante en la selección de su gabinete. Está rompiendo la tradición del secreto en las designaciones en un nuevo gobierno, cuyos nombres se conocían justo el día de la juramentación del mandatario.
Algunos ni siquiera sabían hasta el último momento que irían al gobierno o vivían en la incertidumbre del llamado en la línea del borde.
Señalar a los nuevos funcionarios permite que ellos encabecen la transición para recibir las informaciones fundamentales de las instituciones que van a dirigir.
Y así permite evitar que designaciones de último momento no resulten adecuadas a los planes para bien gobernar. Y ojalá resulte útil.