Sin dejar de ser parte de un mundo global necesitamos siempre tener una mirada hacia adentro. Y justo nuestra fortaleza interna será lo que nos permitirá ser importantes fuera de nosotros.
Y no hay nada de controversial en este criterio. La República Dominicana está conminada, además, a superar muchas de sus falencias en múltiples ámbitos para elevar la calidad de vida de su población.
Y, sobre todo, para elevar la estima de la ciudadanía y que pueda apreciar e impulsar el desarrollo confiada en que tenemos abundancia de posibilidades para ello. Y desde esa visión y espíritu seguir mirando hacia un mundo exterior que igual ofrece grandes oportunidades.
Universalizarnos desde una posición de fortaleza.