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19 de abril 2024
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3 min de lectura New York

Millonaria de bienes raíces recoge latas en basureros de Nueva York ganando $20 y $30 dólares al día

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EL NUEVO DIARIO, NUEVA YORK. _Lisa Fiekowski, una millonaria inversionista en bienes raíces, se dedica a recoger latas y botellas en los basureros de la ciudad, con  lo que se gana entre $20 y $30 dólares al día, pero dice que es un hobby que mantiene por años para mantenerse en forma y no estar en la vagancia.

La mujer, de 60 años de edad, tiene el depósito de su basura en un viejo carro Toyota Camry modelo 1993 y tiene propiedades por valor de más de $8 millones de dólares, después de comprar edificios y apartamentos en Harlem.

Su padre fue el director de análisis económicos del Departamento de Tesoro de Estados Unidos y ella se graduó en la universidad de Chicago

Sus vecinos califican de monstruosidad la acumulación de basura en su vecindario de Prospect Heights en Brooklyn, donde por años es ampliamente conocida por ser una recogedora de latas y botellas que vende a $5 centavos cada una.

Muchos que la ven, desconociendo su caudal económico, creen que se trata de una desamparada e indigente más de la ciudad, mientras su esposo tiene un sueldo de $180.000 como funcionario de una agencia municipal.

«Soy una bohemia pasada de moda», dijo ella en una entrevista con el tabloide NY Post esta semana.

«Para mí, lo triste es que Nueva York solía tener aceptación de que las personas son excéntricas, pero ahora es como ¡Dios no lo permitas!», dijo la millonaria.

Al igual que la chatarra  de Fiekowski, sus propiedades de inversión inhabitables están llenas de basura: un viejo microondas, una alfombra antigua, un paraguas, un carrito para la ropa y juguetes son solo algunos de los desechos que se pueden ver en una de sus propiedades en  la avenida Convent en Harlem.

Pero también posee dos edificios en Hamilton Terrace, uno de los cuales tiene un valor de mercado estimado en más de $4 millones, según una evaluación de la ciudad.

Su madre viajó por todo el mundo para negociar acuerdos comerciales para el Departamento de Trabajo de Estados Unidos.

Resumen diario de noticias

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«Ella era una diplomática de salto de globo. Ella era una representante comercial. De hecho, ella conocía a Condoleezza Rice.  Siempre supe que Condoleezza llegaría lejos», dijo Fiekowski.

Hizo una maestría en administración de empresas de la Universidad de Chicago, trabajó como analista de marketing en AT& T en la década de 1980 y brevemente como corredora de bolsa en Wall Street.

«Me mudé a Nueva York en el 79. ¿Puedes imaginarte? compré un dormitorio por $22,000. Pensé que había pagado demasiado», dijo.

Fiekowski, entró oficialmente en el negocio de bienes raíces a mediados de 1980, comprando propiedades en Harlem.

Pero hace una década, retomó lo que llama un «mal hobby» que es el de recolectar latas. «Me mantiene activa. Hablo con personas en el vecindario. Supongo que siempre fui recicladora. Mayormente, es una actividad física», dice ella.

«Me imagino que gano un poco de dinero al mismo tiempo y mantengo el vecindario limpio», añadió.

Sus parientes no son fanáticos de su peculiar pasatiempo, ni de la atención que le brinda a su vehículo para transportar la basura.

«Mi familia piensa que todo esto es horrible, pero creo que es muy divertido», dijo.

Sus vecinos tampoco están encantados.

Se quejaron cuando dejó el vehículo estacionado a pocas cuadras de la casa del alcalde Bill de Blasio en Park Slope, y el mes pasado mientras estaba en California para una boda, y varios medios de comunicación hicieron historias sobre el misterioso “coche de basura que se había convertido en una plaga en la comunidad.

La policía remolcó el vehículo el 10 de julio, aunque estaba legalmente estacionado, pero Fiekowski no entiende por qué fue tan importante.

«La gente estaba tan molesta porque este terrible auto estaba en el vecindario», dijo.

Afirma que planea arreglar sus dilapidadas propiedades en Harlem, aunque los vecinos dicen que los edificios han estado en declive durante años y que nunca han visto a nadie trabajando en ellos.

«En Nueva York, siempre estás en renovación porque siempre hay cosas que la ciudad te exige», dijo la millonaria.

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