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20 de abril 2024
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OpiniónFior Daliza PegueroFior Daliza Peguero

Militarización y desarme para la seguridad ciudadana

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El Boletín Estadístico (enero-marzo 2021) del Observatorio de Seguridad Ciudadana del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana indica que la tasa de homicidios ha aumentado un 30% respecto al período intermensual Enero-Marzo 2020. Ese documento a cargo del Ministerio de Interior y Policía indica que el municipio San Pedro de Macorís es el noveno con más homicidios de la República Dominicana. Casi el 60% de los homicidios fueron perpetrados con armas de fuego.

Los feminicidios han aumentado estrepitosamente en circunstancias muy lamentables porque la mayoría de los delitos han sido en las vías públicas, la mayoría de los perpetradores han sido familiares, parejas o exparejas. Han aumentado las denuncias de violencia intrafamiliar y la violencia de género.

Ha aumentado el número de acogidas que el Ministerio de la Mujer ofrece a víctimas. La violencia intrafamiliar también ha afectado a la niñez y sobre todo a las niñas porque son las que más acogida registran en los hogares de paso del Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia. Penosamente, el Boletín correspondiente al segundo trimestre del año 2021 pronostica ir por igual camino.

Como si todo lo anterior fuera poco, han aumentado también los suicidios, las muertes accidentales y los heridos en eventos de tránsito. Todo eso en el primer trimestre del año 2021 en comparación con el primer trimestre del año 2020. La droga ha sido otro factor relacionado con el aumento de la violencia, la delincuencia y la criminalidad.

Como diputada por la provincia San Pedro de Macorís me duele expresar que nuestra provincia es la segunda con más alto número de incautaciones de cocaína después de la provincia Santo Domingo. Los sobrevivientes de yolas, las víctimas de ataques con ácido del diablo, los desaparecidos, los que son asaltados por motoristas, entre otros indicadores, muestran el desbordamiento de la violencia

El Monseñor Masalles dijo que el problema número uno es la delincuencia y la inseguridad. Por su parte, el Obispo Castro Marte ha dicho que las autoridades del orden público no están haciendo bien su función, no están cumpliendo con su responsabilidad.

El día a día que viven los dominicanos no se resolverá con tiras y diretes en el Senado ni en ningún otro lugar en el que se echen la culpa todos contra todos. Es evidente que el gobierno está perdiendo la batalla contra la delincuencia, pero tenemos la responsabilidad de actuar rápido, y lo digo como representante político ante la Cámara de Diputados. Esa estadística a la que se refiere El Director de la Policía Nacional está errada o es producto de una mala interpretación sobre las actividades de pandillas y el raterismo.

El Ministro de Interior y Policía ha llevado adelante la Estrategia Integral de Seguridad Ciudadana como política pública para contener el aumento de los índices delictivos; sin embargo, es necesario detenernos a pensar sobre la presunta efectividad que esa estrategia ha tenido e inclusive sobre la capacidad de las autoridades para gestionarla. Si las autoridades se afirman incompetentes para gestionar su propia Estrategia, entonces que renuncien; lo he dicho ya a la prensa. No se trata de politizar el índice delictivo, se trata de devolverle la tranquilidad a los dominicanos.

En el Diálogo Nacional convocado por el Poder Ejecutivo se ha insistido sobre la necesidad impostergable de reformar la Policía Nacional y darle a la seguridad ciudadana la prioridad que merece. En la sesión del Diálogo Nacional del pasado miércoles 15 de septiembre, el presidente del Partido Revolucionario Dominicano, Miguel Vargas Maldonado, ha puesto completo énfasis en la reforma de la Policía por encima de las otras que no dejan de ser importantes como las del sector agua y del sector trabajo.

Sostengo que la militarización y el desarme no son suficientes para proteger el derecho a la vida y la seguridad de los dominicanos. Como mujer dominicana, madre y esposa, temo cada día por la salud y la integridad corporal de mis familiares, vecinos y de la ciudadanía entera. No merecemos vivir con miedo, no merecemos conformarnos, no merecemos lamentarnos de vivir en la República Dominicana. Me niego a rendirme y a desistir sobre la reforma de la Policía Nacional.

 

Por Fior Daliza Peguero

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