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23 de abril 2024
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OpiniónElvis ValoyElvis Valoy

Mi gusto y tradición  por la taza de café, camino a perderse

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Con todos los recientes descubrimientos científicos, y como marcha la humanidad, es indiscutible que las personas tendrán que cambiar sus vidas de manera radical y sin demora, pues lo que antes resultaba inocuo y anodino, ahora es mortal.

La ciencia no descansa ni duerme, y a cada instante hay un nuevo hallazgo que nos obliga a abandonar viejos hábitos y costumbres. Las cosas van una detrás de la otra obligando a gran parte de la gente a cambiar la vida cotidiana.

¡Ahora le tocó el turno al café!

Para acabar con el gusto de la vida de millones de personas alrededor de todo el planeta que desde que se levantan se toman su taza de café, nos llega la noticia de que un juez californiano emitió hace solo horas, una sentencia en donde obliga a Starbucks Coffee y 90 empresas  cafeteras más, a tener que estamparle una etiqueta que indique que varias sustancias químicas fruto del tostado del popular aromático pueden producir cáncer.

Solo esto nos faltaba. Otra vez a sustituir hábitos y manías.

“El Consejo para la Educación e Investigación sobre Toxics, un grupo sin fines de lucro, demandó a Starbucks y otras 90 compañías bajo una ley estatal que requiere advertencias sobre una amplia gama de sustancias químicas que pueden causar cáncer. Uno es la acrilamida, un carcinógeno presente en el café”, dice un parte de prensa  sobre el caso ventilado en una corte de Los Angeles.

“El juez de la Corte Superior Elihu Berle dijo el miércoles que Starbucks y otras compañías no demostraron que los beneficios de beber café superan cualquier riesgo. Él dictaminó en una fase anterior de prueba que las compañías no habían demostrado que la amenaza del químico fuera insignificante”, continúa diciendo la nota de prensa.

Dijo alguien que mientras más crecen nuestros conocimientos más crece nuestra ignorancia.

Aunque pensándolo bien, si de acrilamida se habla, las papas fritas, donuts, galletas, y otros productos  están atiborrados de esta sustancia cancerígena, lo que mueve a suspicacia del  porqué unos sí y otros no.

Al ritmo que lleva la vida, tendremos que cada quien tener su propio huerto para poder comer sano, pues la contaminación y procesos químicos que se ocultan detrás de la producción de alimentos y bebidas son inaguantables.

Y no es para menos que los seres humanos vivamos rodeados de miles de patologías, haciéndonos valetudinarios y propensos a contraer enfermedades, pues el confort y la tecnología a la que nos hemos acostumbrados, traen como corolario virus letales, acompañados de males que nos tumban en una cama o nos llevan al cementerio.

En este mundo de confort se corre el riesgo de sacrificar la salud por la comodidad, y es por eso que no encontramos explicación a vivir como la clase media y alta, encerrada  en torres en donde sus estacionamientos están plagados de gases diésel sin salida, que pueden producir cáncer de pulmón.

La tecnología nos ha creado un hábitat  que luce ser un campo minado, en donde con cualquier pisada se es pasible de contaminación, sin existir en modo alguno manera de abroquelarse.

Las nuevas evidencias conllevan a un replanteamiento de nuestra alimentación y estilo de vida, y tan demoledor es el asunto que hasta el consumo excesivo de leche y otros lácteos estamos compelidos a abandonar, pues según los últimos estudios de un oncólogo francés y la escuela de salud  de Harvard, estos pueden producir cáncer.

De igual manera es patológica la proteína de carne de res. De los teléfonos celulares ni hablar, pues aunque las compañías que lo fabrican dicen que es mínima, la radiactividad que emiten puede causar grandes males cerebrales.

Una verdad es innegable, y es que el mundo de hoy está repleta de agentes patógenos  a diestra y siniestra,  y nadie está al margen de esta patética realidad. Nada es sano en estos tiempos, y como ejemplo tenemos el agua en botella plástica: No hay cosa más contaminante y dañina para la salud de la gente que el líquido en envases de plástico.

Igualmente están los envases foam en que se sirven los alimentos en los lugares públicos, los cuales contienen una sustancia altamente tóxica, y quién puede liberarse de esos enseres populares que a la postre nos pueden producir problemas de salud.

Con el acceso a informaciones que existen hoy día, y los adelantos científicos presentes,  están provocando que a cada hora mucha gente se niegue y cambie sus formas y costumbres, lo que hace que a veces consideremos apegarnos al refrán que dice que: “ La ignorancia es el pleno disfrute de la vida”.

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