EL NUEVO DIARIO, BERLÍN.- La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó hoy que su país no detiene a periodistas, en alusión al corresponsal germano-turco Deniz Yücel encarcelado en Turquía, después de que Ankara pidiera a sus ciudadanos evitar actos políticos en Alemania ante eventuales discursos racistas.
«Aquí puede venir cualquier ciudadano. Aquí no detenemos a ningún periodista. Aquí hay libertad de expresión y rige el estado de derecho», aseguró la jefa del Gobierno y líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) en un mitin de su formación Steinhorst (oeste de Alemania).
Merkel aludía directamente a Yücel, quien desde el pasado febrero está encarcelado en Turquía, «por motivos absolutamente infundados», y que hoy cumple 44 años.
La canciller añadió que otros once alemanes están en cárceles turcas supuestamente por motivos políticos, entre ellos una periodista con doble nacionalidad germano-turca y el activista pro derechos humanos Peter Steudner.
Yücel se ha convertido en el símbolo de todos ellos y este mismo domingo, coincidiendo con su cumpleaños, circuló por el centro de Berlín una caravana formada por un centenar de vehículos exigiendo su liberación.
Berlín ha multiplicado sus gestiones para lograr su puesta en libertad, sin éxito, lo que ha crispado las relaciones bilaterales, de por sí tensas y marcadas por las acusaciones mutuas.
El departamento de Exteriores alemán endureció hace unas semanas las advertencias a los viajeros que visiten Turquía, país que declaró «inseguro» para sus ciudadanos e inversores.
Ayer, Ankara publicó una alerta a quienes viajen a Alemania, a los que se recomienda que eviten las manifestaciones o debates políticos por las elecciones generales del próximo día 24, ante eventuales discursos «racistas».
En su advertencia se argumentaba que la campaña electoral alemana se basa en discursos racistas «anti-Turquía» y contra la candidatura de Ankara para entrar en la Unión Europea (UE).
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió a los ciudadanos de origen turco con derecho a voto en Alemania -la mitad de los 3,1 millones de personas que forman ese colectivo- que no apoyen ni a Merkel ni a su rival socialdemócrata, Martin Schulz, ni a los Verdes, por considerarlos «enemigos de Turquía».
