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23 de abril 2024
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OpiniónRolando FernándezRolando Fernández

¡Más bueno que es así!

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Unos chelitos más para los negocios locales llamados partidos políticos: “RD$1,500 millones para la campaña de elecciones municipales”, noticia local de primera plana.  “¡Qué bien!”.

Para mayor ilustración relativa, y reparar en lo desaprensivo de eso, véase periódico “HOY”, del 21-2-20, página 7ª, en que además aparece publicada una interesante reseña descriptiva de los dineros a entregar a esos “bendecidos”, aumentado ese importe incluso, “Partidos recibirían RD$1,506 millones por fallo comicios”. También, se hace mención ahí de los gastos a incurrir por la Junta Central Electoral (JCE), en relación con el nuevo proceso a celebrarse. ¡Prepárense paganinis finales!

¿Con cargo a las costillas de quién será esa otra “pequeña limosna”, y sus colaterales? Obvio, qué del burro de carga llamado pueblo; el que tiene que pagar todos los platos rotos por esta claque politiquera de nuevo cuño, que ahora regentea el país.

Así si es bueno, ¡recibir “frioleras” de cuartos sin trabajar!, para derroches en francachelas politiqueras, siempre en pos de ir por más dinero después, desde los cargos públicos, según algunos referentes que se tienen, muy dignos de consideración por supuesto.

También son esos, para llenar, cuando no, aumentar las arcas de determinados personajes que se destacan como principales dentro de las entidades beneficiarias de tales donaciones, legalizadas por demás. ¡Jamás se gastan todos en proselitismos, siempre hay una parte que se reserva! ¿En cuántos países del mundo se verá una práctica similar, “inconsciente por completo”?

Y, mientras se tiene aquí, esa complaciente mano estatal abierta para los menesteres de ese tipo, los hospitales públicos del país están “carentes” de medicamentos, materiales clínicos, y los equipos básicos asistenciales requeridos; amen de las incapacidades de espacios necesarios, evidentes, y los deterioros físicos que se verifican en las plantas. ¡Cuánta inconsciencia!, burlona por demás.

Los recursos obligatorios extra a entregar a los partidos políticos, como aquellos que habrá de gastar la propia Junta Central Electoral (JCE) para el montaje de los nuevos comicios, ahora en marzo del presente año, afectarán, obviamente, las finanzas públicas del país, y tal vez algo más, si las cosas no salen bien. Eventuales fuentes para resarcir: préstamos con el exterior, incluida la emisión de “Bonos Soberanos”; o, lo más fácil:  gravámenes impositivos a la población.

Son factores esos que, entre otros, debieron haberse tenido muy en cuenta antes de tomarse la decisión adoptada en febrero 16, eliminación, no suspensión de comicios que estaban siendo celebrados, algo sin precedente alguno en esta nación, y que con diversos criterios personalistas recogerá de seguro la historia patria nuestra en el futuro, justificando o criticando la medida.

¡Ah, extraño país este!, carente de dolientes, dispuestos a defenderle en cada ocasión. Los políticos de nuevo cuño se lo llevaran en sus garras, mientras las generaciones herederas de cuántos males lacerantes esos vienen promoviendo, solo aspiran a estar “chateando”, como se dice; y, cuando no, con audífonos colocados, escuchando sandeces musicalizadas, y procurando no enterarse de lo que está ocurriendo en sus propias narices; del camino pedregoso por el que se está llevando esta nación.

Por suerte, parece ser que la juventud dominicana está comenzando a despertar del sueño inducido de que   viene siendo objeto, robotizándole; y, que su recapacitación, como la concienciación obvia relativa están en curso, respecto a los derroteros hacia los cuales se está dirigiendo la República, por parte de la clase política nacional regente, que no escarmienta. También, que los mismos constituyen una situación de alta peligrosidad futura para ese conglomerado nativo.

Y, en consecuencia, las nuevas generaciones, con cortas edades, más que todas, aunque complementadas, de seguro las víctimas que heredarán los efectos de cuántas ejecuciones desaprensivas, y desatinos notables, en que han estado incurriendo las claques mandamases entre los dominicanos durante los últimos lustros, se están expresando con energía, y manifestando, públicamente, su desacuerdo con tales actitudes negativas, como los procedes impropios derivados, que no cabe duda les afectarán en un mañana no muy lejano.

Muchos jóvenes de hoy en esta sociedad, comienzan a dejar de lado las adicciones a los teléfonos móviles, los audífonos, y las llamadas tabletas, a los fines de dirigir su atención a los problemas del país, y elevar los reclamos que estiman pertinentes.  ¡Muy correcta la decisión!

Claro, ya se verán los frutos después. El tiempo, como el mejor juez siempre, dirá la última palabra. ¡Solo queda esperar, para escucharla!

Autor: Rolando Fernández

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