SANTO DOMINGO.- De Boca Chica a ser el cuarto bate de los Cardenales de San Luis. Marcell Ozuna ha podido superar varios conflictos desde su debut en las mayores en 2013 con los Marlins de Miami, con varias temporadas con altos y bajos, afectadas esas campañas por lesiones.
Ozuna comenzó a jugar béisbol a la edad de ocho años, cuando ya vivía en Santo Domingo, en la liga Patria Mella en el Ensanche Ozama. El jardinero de 27 años, narró en el programa La Semana Deportiva que su padre, con quien residía, siempre le exigió que estudiara lo más que pueda porque la educación estaba primero que todo aunque nunca le prohibió jugar béisbol.
“Pero llegó un momento en que le dije que no iba a estudiar más, yo tenía 15 años y estaba en tercero de bachillerato, yo lo que quería era jugar pelota, el bono casi no me importó mucho”, expresó Ozuna.
El cambio a San Luis
El dominicano se adecuó a la ciudad de San Luis, ya que es una ciudad de béisbol y que los fanáticos apoyan al equipo, además de que por primera vez pudo competir hasta el final en una temporada de Grandes Ligas.
“Cuando estábamos jugando los juegos por el Wild C ard, hasta que no nos descalificaron matemáticamente todo el mundo se entregaba fuerte todos los días y eso fue algo increíble para mi, la forma en que salimos a jugar desde el juego uno hasta el ultimo fin de semana”, exclamó.
Ozuna admite que el lento inicio se debió a varios problemas en el hombro derecho pero luego de unas inyecciones que recibió pudo comenzar a batear con más libertad por eso se vieron mejores números en la segunda mitad.
En su primera temporada con los Cardenales, bateo para promedio de 280 con 23 cuadrangulares y 88 carreras impulsadas.
