EL NUEVO DIARIO, LILONGÜE.- Las autoridades de Malaui y dos ONG conservacionistas anunciaron este martes el traslado de 250 elefantes desde el parque nacional de Liwonde (sur), donde las poblaciones de estos mamíferos han crecido enormemente gracias a la persecución de la caza furtiva, al de Kasungu (centro).
Este movimiento «es parte de una programa nacional para mantener los hábitats de los parques nacionales de Malaui en buen estado, establecer poblaciones de elefantes viables y garantizar la prosperidad de las comunidades locales que viven alrededor de los espacios naturales protegidos», explicó el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), una de las organizaciones responsables del traslado de estos paquidermos.
El traslado, que tendrá lugar desde el próximo 27 al 29 de julio, también cuenta con la colaboración de la ONG African Parks, responsable de la gestión del parque nacional de Liwonde.
«Este es otro hito importante para Malaui, que se ha convertido en un modelo de excelencia para la rehabilitación de importantes zonas de conservación», señaló el director del Departamento de Parques Nacionales y Vida Salvaje de Malaui (DNPW), Brighton Kumchedwa.
Además de elefantes, estas instituciones también trasladarán al parque nacional de Kasungu búfalos cafres, impalas, facóqueros y otros antílopes.
Estos animales serán transportados unos 350 kilómetros por carretera.
En 2015, las autoridades medioambientales de Malaui se asociaron con African Parks para gestionar conjuntamente el parque nacional de Liwonde, eliminando casi por completo la caza furtiva.
Esto permitió el crecimiento de las poblaciones de numerosos animales, así como la reintroducción de guepardos, leones, rinocerontes negros y licaones.
El número de elefantes aumentó tanto que están ejerciendo una enorme presión sobre los recursos naturales del parque nacional.
Además, en ocasiones, los elefantes se alimentan en los huertos de las comunidades que viven en los alrededores del espacio natural protegido, creando situaciones de conflicto.
Las poblaciones de elefantes africanos de sabana disminuyeron un 60 % durante los últimos 50 años, según datos de la la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), lo que empujó a la organización a declararlos en peligro de extinción.
Las principales amenazas son la pérdida de sus hábitats y la caza furtiva incentivada por la demanda del marfil, procedente sobre todo de algunos países asiáticos.
Los colmillos de los paquidermos se venden para ser transformados en figuras, esculturas, pulseras, collares u otros adornos exclusivos.
