EL NUEVO DIARIO.- José Manuel Calderón ha vivido dos etapas bien distintas en sus ya cerca de 12 años en la NBA. Con más o menos protagonismo sobre la pista, sus siete primeras temporadas en la liga las pasó asentado en Toronto Raptors. A la campaña siguiente, inició una nueva aventura en la que tendría que hacer las maletas varias veces. Cuatro, para ser más concretos. Detroit Pistons, Dallas Mavericks, New York Knicks -único equipo donde permaneció dos temporadas- y Los Ángeles Lakers. Ahora, tras ser cortado por la franquicia angelina, ve su futuro en el aire tras una desafortunada carambola.
Su paso por los Lakers ha sido su etapa más complicada en cuanto a términos baloncestístiscos: el promedio más bajo de minutos por partido en toda su carrera (12.2) y sus peores registros en puntos, asistencias y demás apartados estadísticos. No obstante, el destino le tenía guardada una doble sorpresa. La buena, que justo después de este ‘calvario’ angelino, Golden State Warriors llamó a su puerta. En plena búsqueda de un base para la rotación, los de la bahía de Oakland se encontraron con Calderón libre. La mala, que cuando estaba a punto de cerrar su fichaje, una inoportuna lesión de Kevin Durant en la misma noche en la que se preveía que se anunciara la llegada del español al ORACLE Arena le obliga de nuevo a cambiar de aires por segunda vez en apenas una semana.
Los de Steve Kerr habían dejado ir a Briante Weber tras el fin de su segundo contrato de 10 días y la propia explicación del técnico ya apuntaba hacia el base extremeño: “Creemos que tenemos algo en su lugar, aunque no está cerrado todavía”. Las declaraciones del general manager, Bob Myers, iban en la misma línea: “No quiero despreciar la contribución de Weber y decir que no está preparado. Podría ayudar al equipo, pero la experiencia viene muy bien cuando entras en playoffs”. Weber, de 24 años, había jugado los mismos partidos en esta etapa en Golden State (7) que en toda su corta carrera en la liga. Calderón, de 35, ya acumula cerca de 800 encuentros en la NBA y cuenta con un merecido prestigio como director de orquesta gracias a su buena lectura de juego.
Los Warriors veían con muy buenos ojos la veteranía de Calderón, que a priori encajaba mejor en ese rol secundario. Sin embargo, el destino le jugó una mala pasada. Un forcejeo entre Marcin Gortat y Zaza Pachulia acabó con éste por los suelos, con una lesión de rodilla para Durant y con un duro mazazo a las ilusiones de Calderón. El base español vuelve a cargarse la mochila al hombro, esta vez llena de incertidumbre tras la lesión de Kevin Durant.
