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24 de abril 2024
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OpiniónFidelina PichardoFidelina Pichardo

Los gobiernos y el trato a los peledeistas

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Se ha convertido en un slogan de la oposición, que los peledeistas somos unos corruptos, que tenemos todos los cargos  del gobierno, y que “pasamos de andar en chancleta para andar en jeepetas”, nada más falso, bajo e injusto.

El PLD, es un partido que fue fundado en 1973 por nuestro Líder y Guía, Profesor Juan Bosch, con integrantes de la mediana pequeña burguesía, profesionales, estudiantes universitarios, algunos empresarios, un puñado de obreros y muy pocos chiriperos y campesinos.

Desde sus inicios los militantes del PLD nos  entregamos en cuerpo y alma a servirle al partido. Mientras los ajenos al PLD, descansaban en la  tranquilidad de sus casas y  empresas, los peledeistas peinábamos barrios y campos trabajando para el partido, a costa de nuestras familias, de la estabilidad económica que representaba el ejercicio de nuestras profesiones, oficios y negocios, aun sabiendo que por el momento, el PLD no tenía posibilidad de llegar al poder.

Fue un trabajo de 23 años dando el todo por el todo por el partido, sufriendo el desprecio de los sectores de poder que no permitían  peledeistas en sus empresas, no permitían que sus familiares se relacionaran con “los comunistas del PLD”,  que los funcionarios  del PRSC y el PRD, no le daban trabajo ni a un conserje en la administración pública, por el solo hecho de tener familiares en el PLD, y  mucho menos permitían que recibieran una ración alimenticia de las que distribuían, decían que nombrar a un allegado a nuestro partido le costaría el cargo.

Con la inminente llegada del PLD al poder retornaron al partido gente que lo habían traicionado, en tiempo de vaca flaca. En 1996 el Dr. Leonel Fernández ganó las elecciones  aliado al Partido Reformista y a otros partidos pequeños. Con el PLD dirigiendo las riendas del poder, ingresaron al Gobierno gente de distintos partidos, la mayoría sin místicas,  desconocedores de los Métodos de Trabajo del PLD, muchos fueron a buscar para beneficiarse personalmente.

Los peledeistas, la mayoría disciplinados, honestos, respetuosos del Centralismo Democrático, comprometidos con la buena imagen del partido, acostumbrados a escalar posiciones por el merito y la capacidad personal, y poniendo por delante el interés general, fuimos desplazados tanto en las posiciones internas como en las del gobierno por  recién llegados, tránsfugas, que fueron a servirse y no a servir, lo lograron por el apoyo que recibieron tanto del gobierno del PLD, como de las altas instancias del partido.

Nos han llamado “come solos” lo que es falso. En los gobiernos del PLD, a diferencia de los del PRSC y del PRD, se le da preeminencia para ocupar cargos en el gobierno a gente de otros partidos, no necesariamente aliados, a gente que dicen ser apolíticos, ¨de la sociedad civil¨, que han hecho una oposición rabiosa a nuestro partido,  a amigos y amigas de funcionarios, gentes que nunca han votado ni votaran jamás por el PLD, y que después que se benefician de los gobiernos del PLD cuando se aproximan las elecciones se alían a la oposición y luego  vuelven  a ocupar posiciones de importancia en  nuestro gobierno, dejando sin empleos a la mayoría de los que hemos trabajado por el partido y  mantenido fieles a él durante 43 años.

El PLD es el partido que más profesionales y  técnicos tiene del país. A pesar de eso, nuestros gobiernos  no los prefieren en los cargos públicos.  La mayoría de los peledeistas, que están designados,  están en posiciones irrelevantes o son subalternos de funcionarios recién llegados, de otros partidos, o «de la sociedad civil» los cuales los  humillan, desconsideran, maltratan o ignoran, salvo algunas excepciones, sin que los del palacio, ni los que dirigen el partido intervengan para detener los atropellos. Hace unos años un funcionario de primer orden de nuestro  gobierno dijo: ¨La finalidad del peledeista es servirle al pueblo, no buscar empleo¨ ¿entonces nuestra misión es trabajar, capacitarnos, sacrificarnos, para que sean otros los que dirijan? ¿Cómo se le sirve al pueblo, cuando eres de un partido en el gobierno y no tienes funciones, con palabras?

Creo que es una obligación del  gobierno y del partido vigilar la conducta de funcionarios, que se han enriquecido, que sus comportamiento, acciones u omisiones, son cuestionadas lo que afecta la imagen del partido, para que se tomen las medidas correspondientes y así evitar que los más de dos millones de peledeístas seamos  desprestigiados por las acciones  de un puñado de gente, muchos de los cuales no son del PLD, ni le importa el partido, pero que ocupan funciones públicas relevantes. Los hombres son transitorios, las instituciones permanentes.

El PLD, como dice un amigo, es el único partido que se come a sus dirigentes, mientras en los otros partidos mayoritarios les dan importancia y poder en sus gobiernos  a sus dirigentes tradicionales, lo que refuerza sus liderazgos, en el nuestro, las altas instancias del gobierno y del partido le dan  posiciones de poder y autoridad  tanto en el partido como en el gobierno a tránsfugas, a empresarios “apolíticos”, periodistas y oportunistas, en lugar de los dirigentes que tienen capacidad, honestidad, incidencia, y buena imagen ante la población.

Como dijo el  Señor Presidente, “No hay sombreros para tantas cabezas”, pero si aparecen algunos sombreros,  que no sean para las cabezas de los que están maniobrando para sacar al PLD de la administración del Estado con falacias, haciéndole creer a la población que el PLD es el partido más corrupto que ha tenido el país, y que todos los peledeistas nos hemos enriquecidos en el poder. Son Caballos de Troya.

Esos opositores han sido condecorados por nuestros  gobiernos, muchos tienen cargos en la administración pública, incluidos hijos, esposas y familiares. Esos conspiradores saben que los gobernantes que ha tenido el PLD prefieren nombrar en un cargo público, colocar anuncios en sus programas, y contratar a opositores, antes que  a los peledeistas, incluyendo los que hacen opinión pública, lo que ha provocado  indignación y apatía en el partido. Las consecuencias de esas acciones, para mi inexplicable, ya se están  viendo y se seguirán viendo en el tiempo. Seguimos tropezando con la misma piedra.

Soy de opinión que los partidos tienen que contar para mantenerse en el poder con sus militantes, los que ante una crisis estaríamos dispuestos a defender el gobierno en cualquier circunstancia. La fidelidad vale oro, pero tiene que ser reciproca.

 

Por Fidelina Pichardo

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