En los años 70 y 80 el sociólogo que se pusiera a hacer uso de los nombres de conceptos que podían ser usados por una escuela de la sociología no marxista, en lo inmediato, se le cuestionaba o se le tildaba de ser de esa escuela y no de la del materialismo histórico. Esto lo hacían los sociólogos o los estudiantes de la carrera de sociología que se consideraban de la escuela del materialismo histórico, fundada por Marx. Hoy día, sin embargo, ya las cosas no son iguales. Es que no debió haber sido en aquel tiempo y no debe ser así ahora, un leguaje o unas nomenclaturas no puede ser tan exclusivo de una sola escuela. Todo el aparato conceptual no puede ser del uso exclusivo de una escuela, aunque gran parte de dicho aparato lo use una y no otra y viceversa. Esta salvedad la hago a propósito del título de este artículo.
Comienzo por lo del actor, que es más propio de la sociología weberiana o comprensiva de Max Weber, que ya lo usan sociólogos de otras escuelas, de la misma manera que diferentes escuelas o paradigmas usan el concepto de la acción social que es más de dicha escuela que de ninguna otra. El concepto de clase social, aunque usado por diferentes escuelas pero partiendo de criterios diferentes para interpretar la estructura de clase, la mayor relevancia a dicho concepto se la da la escuela del materialismo histórico, al interpretar la estructura social y la necesidad del cambio de esta.
Los ganaderos, si lo decimos en plural, son parte de una u otra clase social y de una fracción de esta. Si no administran ellos mismos sus fincas ganaderas, al entregarles estas a aparceros que le pagan una renta en especie (la leche y el ganado de carne) o en dinero, entonces terratenientes ganaderos. Si son ellos mismos los que administran sus fincas y la ponen en producción de la pecuaria, entonces son burgueses ganaderos o burgueses pecuarios.
De todos modos los ganaderos son una clase de propietarios y no necesariamente de pequeños propietarios, si no que casi siempre se trata de grandes propietarios. Al hablar del ganadero no estamos hablando de una clase explotada, sino explotadora. Si revisamos la historia, este sector de las clases propietarias de los medios de producción cada cierto tiempo levanta su voz para quejarse. Hoy son ganaderos de Dajabón los que levantan la voz para reclamar que se le arregle una carretera y como protestas lanzan “cientos de litros de leche” en la vía pública. ¿Cuál es la intención de este actor colectivo? ¿Cuál es su intención? Lo que está pasando por sus mentes puede ser algo más que el arreglo de la carretera. Es posible que los ganaderos, a raíz de los acuerdos de libre comercio que han implicado importación de leche a granel de todo tipo, se sientan muy incómodos con tales medidas. Es posible que las posibilidades de mercadear la leche que se produce en el país esté encontrando dificultades, con la leche líquida pasteurizada que se importa de Costa Rica, España y algún otro país, lo cual puede ocasionarle problemas no sólo a los industriales procesadores si no a los ganaderos suplidores.
El vocero de los ganaderos de Dajabón y Partido, José Ramírez, dijo que el próximo viernes serán 30 mil litros de leche que lanzarán frente a la gobernación de Dajabón, si no les atienden el reclamo de la construcción de la carretera. Según dicen, por el mal estado de la carretera los camiones cisternas se niegan a ir al centro de acopio de leche que está ubicado en una comunidad denominada Laja. ¿Por qué tanta amenaza por el arreglo de una carretera? ¿No se estará ocultando una intención que va más allá del arreglo de una carretera en mal estado? Puede haber una colusión entre los ganaderos y los empresarios de la agroindustria de la leche que ellos abastecen, con la finalidad de provocar un efecto político, al sentirse impotentes ambos sectores de levantar la voz contra los acuerdos de libre comercio y no se atreven a decir quién es el responsable o cual es la causa de algún malestar de su sector. Hoy día la empresa Leche Rica C. Por A., cuyo principal accionista es un médico mocano apellido Brache, egresado de la UASD que se dedicó a la producción industrial de la leche, tiene que competir con toda la leche importada que entre al país de diferentes marcas y países. Dicha empresa tenía casi un monopolio de toda la leche líquida que se consumía en el país, ha logrado vender su marca por algo más de 50 años. Hoy día tiene que estar confrontando problemas en el mercado dominicano. Pero es bueno señalar que la leche no se vende ni a igual precio ni más el precio porque se importen marcas, todo lo contrario, la leche se vende más cara. Incluso la leche importada de Costa Ricade la marca Dos Pinos se vende más cara que la Leche Rica Listamilk, en uno de sus tipos que es de peor calidad que esta última.
No es la primera vez, en varias décadas, que los ganaderos protestan, la mayoría de las veces de este modo: botando la leche. Hay un interés de clase, en todos los casos, son empresarios que quieren defender sus intereses. En este último caso, que se produjo ayer lo que falta saber es si además está en juego una trama político, ya que pudiera quererse presentar una trama contra las autoridades, cuando en realidad hay una inconformidad de los ganaderos y todo el sector lechero no es el problema de una carretera en mal estado y si las condiciones creadas por los acuerdos de libre mercado. En otras ocasiones, todo parecía indicar que eran los precios de la leche en el mercado y los costos de producción de la misma.
Es el caso de que se dio en los primeros tiempos del gobierno de Antonio Guzmán, cuando los ganaderos reclamaban un aumento en el precio, lo cual lograron. Esa vez, no puedo recordar si hubo desparrame de leche, pero los ganaderos lograron que el cuartillo de la leche pasteurizada se vendiera 45 centavos, un aumento de cerca de un cuarenta por ciento.
Antes de subir a la presidencia de la República, durante su campaña electoral en 1978, al presidente Antonio Guzmán se le acusó de que leche de alguna (s) de sus fincas ganaderas fue botado en un río. Eso fue un eslogan de campaña.
Un empresario o varios empresarios ganaderos de Santiago, entre los que pudo haber estado señalado el ex -presidente, fueron acusados de lanzar leche al río Yaque a mediados de los 70, entre ellos uno de una prestigiosa familia industrial de esa ciudad. La pregunta es: ¿porque los ganaderos y todo el sector lechero no se quejan del libre mercado que debe estar ahogándolos y su malestar no es por la falta de arreglo de una simple carretera? ¿Por qué los ganaderos en vez de botar la leche no piensan en los niños mal nutridos, aunque el suero materno sea mejor alimento que la leche animal? Su interés de clase, traducido en afán de lucro, no le deja razonar con sensibilidad social. Es como el de los médicos cuando van al paro en los hospitales públicos, no atienden las emergencias, porque con la privatización Estado no les paga un salario justo y los corrompe en el servicio de la medicina pública y no piensan en el Juro Médico, ya algunos colegas suyos que se dedican a la medicina privada, aunque todos los que lo hacen, sean hecho ricos y piensan y actúan como empresarios. Ojalá que los ganaderos no estén buscando que la leche producida en el país se venda más cara, o bien, que esa sea la consecuencia de lo que ellos hacen.