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25 de abril 2024
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OpiniónElias Samuel Rosario MataElias Samuel Rosario Mata

Los conflictos internos de los partidos políticos

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Las salvajes luchas a lo interno, provocaron las caídas de los Partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC) dos organizaciones políticas, que por casi cuatro décadas, encabezaron las preferencias electorales. El liderazgo de cada partido, debería aprender las lecciones de estas dos estrepitosas debacles.

¿Cuáles son las causas de los conflictos internos de los partidos?

Primero, las aguerridas batallas por intereses personales, que impulsan a los compañeros a enfrentamientos brutales por las altas posiciones. Segundo, las competencias por candidaturas electorales, que destruyen la fraternidad. Tercero, la incapacidad del alto liderazgo, que en vez de resolver los problemas, se convierte en parte de ellos. Por la falta de imparcialidad, que elimina su condición de arbitro.

Cuando falta discernimiento para distinguir el trabajo serio de la lisonja y se toman decisiones injustas para favorecer a los serviles aduladores, que nunca cuestionan y aplauden los errores para obtener ventajas. Por el contrario, se excluye, se margina a quienes cuestionan y expresan sus propias opiniones. Esta actitud, abre fisuras en el partido y en vez de crecer, comienza a decaer.

Muchos lideres no han entendido, que la diversidad de ideas enriquece, que abre las puertas a la innovación. Suma voluntades, mantiene la comunicación abierta con los afiliados y los fidelizas. Agiliza la solución de conflictos, que en definitiva mejoran los proyectos políticos, que en última instancia redundan en el crecimiento.

Las tensiones internas en un partido traen como consecuencias, la falta de comunicación, que acaba en discusiones estériles, rencillas y malos entendidos, que distorsionan los problemas. Lo que produce sensaciones de malestar. El individuo se desahoga, expresando sus malas experiencias, que atraen a otros que pasaron por situaciones similares.

Esta es la raíz de donde nacen los grupos, que comienzan a dividir los partidos políticos. Las fragmentaciones, fueron las primeras causas de la estruendosa caída de los dos partidos más grandes, (PRD y PRSC). Un hecho histórico, que debe ser analizado por el liderazgo de los partidos, que luchan por conservar su militancia y los de aquellos, que están en fase de crecimiento.

En todo conglomerado de personas, se presentan conflictos. El líder político debe ser un conciliador por excelencia. Es quien tiene el deber, de enfrentarlos y solucionarlos de forma objetiva. Sería una falta de responsabilidad dar la espalda y simplemente establecer diferencias. Alejando a unos y atrayendo a otros. En vez de sumar, resta.

Todo líder, debe tener la capacidad para sentarse y debatir con quienes tienen ideas que divergen de las suyas. Y, escoger las que favorezcan el crecimiento del partido. Esa actitud no lo rebaja, lo eleva. Dice un refrán popular: “Tu mejor amigo es quien te dice la verdad”. La libertad de expresión es un derecho consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Por Lic. Elías Samuel Rosario Mata

 

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