Como consecuencia del fraude electoral realizado por el gobierno encabezado por el doctor Joaquín Balaguer, para derrotar al doctor José Francisco Peña Gomes en 1994, los tres principales partidos políticos de entonces: el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), junto a órganos de la sociedad civil de carácter nacional e internacional, como Participación Ciudadana, el Centro Cartel y la Organización de Estados Americanos, quienes habían comprobado dicho fraude; se pusieron de acuerdo para elaborarle al país una constitución democrática.
Esta constitución, además de prohibir la reelección presidencial, introdujo el sistema aún vigente de la doble vuelta electoral; además el derecho de la doble nacionalidad, la separación de las elecciones congresuales y municipales de las presidenciales, creó el Concejo Nacional de la Magistratura y con ello la elección de una Suprema Corte de Justicia independiente, dándole a la nación una justicia sana.
En el 2002 el presidente Hipólito Mejía impulsó la modificación de la Constitución de la República, para introducir el llamado sistema estadounidense que permitía la reelección presidencial, en un período consecutivo. El artículo 49 que prohibía la reelección presidencial fue modificado, estableciendo: “El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de la República, quien será elegido cada cuatro años por voto directo. El Presidente de la República podrá optar por un segundo y único período constitucional consecutivo, no pudiendo postularse jamás al mismo cargo, ni a la Vicepresidencia de la República”. Esta reforma impulsada por Mejía, provocó su derrota electoral en el 2004 y destruyó la unidad de su partido.
El doctor Leonel Fernández, que resultó ganador de las elecciones del 2004 y quien se había reelegido por un segundo período presidencial en el 2008, resultó beneficiado de la reforma constitucional del 2002, entonces en 2010 impulsa una nueva reforma constitucional.
En esa reforma constitucional del 2010, se modifica el artículo 49 que permitía la reelección consecutiva, pero le imposibilitaba al presidente de la República volver a aspirar a este cargo y se introduce el artículo 124 que prohibía la reelección presidencial, eliminando el nunca jamás. Esto le abría la posibilidad tanto a Leonel Fernández como a Hipólito Mejía de volver a aspirar a esa posición.
En el año 2015, el presidente Danilo Medina impulsa una nueva reforma constitucional que nos devuelve a la constitución del 2002, que permite la reelección del presidente a un período consecutivo, impidiéndole al mandatario reelecto aspirar jamás a ese cargo.
En los últimos meses, se han manifestado algunos grupos partidarios y funcionarios cercanos al presidente Medina, quienes lo motivan para que impulse un nuevo proyecto de reforma. El presidente Danilo Medina ha expresado que en marzo anunciará su decisión sobre el tema.
Como analista político social, pienso que lo que más le conviene al país, incluyendo al presidente Medina, es que el mandatario en el mes de marzo, le anuncie a la nación un nuevo proyecto de reforma constitucional en lo que se modifiquen los siguientes aspectos:
1º. Que se introduzca un artículo en el que se unifique las elecciones municipales y congresuales de las presidenciales.
2º. En esta reforma se modificaría el artículo 124, para que nos devuelva a la constitución democrática de 1994, que prohíba la reelección presidencial pura y simple.
3º. Esta reforma modificaría el artículo 269 de la constitución, que establece como requisito una cuota de una tercera parte de la asistencia de la matrícula de ambas cámaras, para poder introducir un proyecto de ley de reforma constitucional y elevar el quórum de la matrícula para poder introducir dicho proyecto de ley a tres cuartas partes. También en este articulo se establezca como requisito, para que el Presidente de la República pueda introducir un proyecto de reforma de reelección presidencial que tenga que contar por escrito de la aprobación de tres cuarta parte de la matricula de ambas cámaras del congreso.
4º. En la reforma constitucional, se modificaría el artículo 271 que establece como requisito para la aprobación de una reforma constitucional, la aprobación de las dos terceras partes de la matricula y proponemos que sea elevado el requisito de aprobación a tres cuartas partes de la matrícula de la asistencia a la Asamblea Nacional.
Con la unión de las elecciones congresuales y municipales, con las presidenciales, el Estado se ahorraría varios miles de millones de pesos, que se utilizarían en dicho evento diferido. Es bueno destacar que muchos entendidos a los que yo me sumo, consideramos que estas elecciones separadas, son utilizadas por personas con gran cantidad de dinero, producto muchas veces de la corrupción administrativa, del narcotráfico y por dueños de bancas de apuestas; esto es así porque en las elecciones no presidenciales, a gran cantidad de personas hay que comprarles la voluntad para participar en ella.
La prohibición de la reelección presidencial pura y simple le conviene a todos los sectores políticos: a Danilo Medina le permite regresar al principio de su antiguo maestro Juan Bosch, de la no reelección y les brinda la oportunidad de volver a aspirar en el futuro, si la vida es larga. Al doctor Leonel Fernández y los demás aspirantes a la candidatura presidencial del PLD, les permitiría competir en igualdad de condiciones; también como estaría prohibida la reelección, Margarita Cedeño tendría la oportunidad después del 2020, de lanzar sus aspiraciones sin la atadura de su esposo.
Esta reforma constitucional además beneficiaría a la oposición política, encabezada por Luis Abinader e Hipólito Mejía; así a los posibles aspirantes del PRD y de los llamados partidos emergentes, porque unos, han sido partidarios de la anti reelección presidencial o en otro caso porque les permite mejores oportunidades.
Otro beneficio de esta fórmula es que le daría la oportunidad al presidente Danilo Medina de concluir su gobierno en paz, trabajando en grandes y pequeñas realizaciones, pues él y sus ministros solo estarían enfocados en realizar una buena labor y la oposición interna y externa ya no lo verían como blanco de ataques.
La modificación de los artículos 269 y 271 como expuse, impediría que la constitución sea modificada por simple capricho del gobernante de turno o de algún pequeño grupo de seguidores, dándole estabilidad para que nuestra principal ley se convierta en un instrumento de desarrollo y de orden. Esta es mi contribución a la patria, como ciudadano admirador del ideal anti reeleccionista, primero de Juan Bosch y después de José Francisco Peña Gómez, quienes consideraron la reelección como el principal mal histórico de la nación.