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24 de abril 2024
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OpiniónRolando FernándezRolando Fernández

¡Lo mismo de siempre!

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Qué tiempo durará la euforia laboral “allanteril” de las nuevas autoridades municipales, limpiando y fumigando, en sectores abandonados de algunos barrios pobres de la ciudad capital, como del interior, ahora con la excusa del Covid-19.  ¡Nuevos ¡actores siempre con muchos bríos!

Es la gran pregunta que todo ciudadano algo observador se hace en Dominicana, por lo que ha sido la práctica ordinaria cada vez que se producen los cambios de autoridades a nivel de las alcaldías nacionales.

Se inmediato se comprueba el sentido de aquel refrán popular, siempre en boca de la gente, que reza: “escobita nueva barre bien”; y, es verdad que lo hace en esos momentos, por la condición de no estar usada.

Pero, como tal es sabido de sobra, al cabo de un par de meses después, se arrincona esa, conjuntamente con las actitudes voluntariosas de los que fueran sus usuarios temporales, que ya se han posicionado bien en los cargos, y que, por tanto, las pantallas públicas para ellos, no son necesarias.

De seguro, una reflexión relativa a lo expresado se produjo en muchas otras personas, cuando observaron en un medio de la prensa local (“El Día”, del 27-4-20), en primera plana, la imagen personal de la envalentonada nueva alcaldesa del Distrito Nacional, Carolina Mejía, con la “indumentaria” de un obrero cualquiera, realizando trabajos de desinfección y limpieza, de cara a contener la pandemia del Covid-19 que azota al país, según se dijo.

Con virus en curso, o sin ninguno, no es raro ver en Dominicana, a los pocos días de asumir nuevas autoridades edilicias, de cualquier partido a que pertenezcan, supervisando directamente labores de reparación de aceras y contenes; bacheos de calles; limpieza de algunos tramos en diversos sectores de su jurisdicción; y, retiros de chatarras en la vía pública, etc., como para dejar entrever lo que serán sus ejecutorias venideras.

Pero, ocurre que, luego todo se pone en el olvido; y, se deja en carpeta, para continuar bailándose, los mismos mambos acostumbrados por todos esos incumbentes durante sus cuatro años de gestión.

En esta ocasión se advierte que habrá más de lo mismo; máxime con todos estos novicios que ahora ostentan cargos importantes dentro de esa área de servicios, tan espinosa en esta República; donde hay “tanta tela por donde cortar”, como se dice a nivel de pueblo.

Incluso, no son muchos los que creen que la señora Carolina Mejía, electa alcaldesa del Distrito Nacional, por su condición de dama, especialmente, y las arduas tareas que le esperan, pueda introducir los cambios, y realizar las ejecutorias sociales que se requieren desde la posición, por más deseos de servir a la comunidad que abrigue.

Y, se cree, además, que las esperanzas forjadas en ellas por todos aquellos que le favorecieron con sus votos, es muy probable que queden truncas.

¡No es fácil la tarea sobre sus hombros!; ni siquiera para alguien del sexo opuesto se podría decir.

¡Solo resta esperar dominicanos!

Autor: Rolando Fernández

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