En la extensa historia política de EE.UU., el pasado 20 de enero, se juramentó el presidente No. 16 del Partido Demócrata. En esta ocasión Joe Biden, acompañado por Kamala Harris en la vicepresidencia. Ahora también Los demócratas controlan el Congreso Nacional, aunque con precaria mayoría en el Senado.
Los mandatarios demócratas Biden-Harris reciben un país zarandeado por la grave crisis sanitaria causada por la COVID-19, con profunda crisis económica, una sociedad muy dividida, agitada por complejos problemas raciales y crecientes necesidades de 140 millones de pobres.
El gobierno Biden-Harris también recibe el legado de la controversial gestión del expresidente Donald Trump en su política internacional, su preocupante decisión de volver por la presidencia en el 2024, en base al respaldo (¡?) de los 75 millones de votos que obtuvo, muchos de ellos supremacistas armados y obsesionados con la “errada convicción” de que perdieron por un fraude electoral.
No obstante ese negativo legado del trumpismo, el nuevo gobierno EE.UU. se inicia con optimismo y auspiciadoras esperanzas para la mayoría de los norteamericanos, los millones de inmigrantes (incluida la laboriosa diáspora dominicana) y los pueblos y gobiernos que propugnan por el reino de la justicia social y una paz mundial sostenible, que se empiezan a visibilizar a través de las primeras 17 órdenes ejecutivas (decretos) del presidente Biden,
Ese optimismo se encuentra acompañando de estas preguntas: ¿La Era Biden EE.UU. podrá satisfacer las amplias expectativas que se han creado a nivel mundial?
¿Las ejecutorias del gobierno Biden-Harris permitirán avanzar en la consecución de la anhelada unidad de la muy dividida sociedad norteamericana?
El posible segundo juicio político (impeachment) en proceso contra el ex presidente Trump, como consecuencia de su rol en el asalto al Capitolio del 6 de enero ¿podría afectar la gobernabilidad y propósitos unitarios que propugna el presidente Biden?
El presidente Biden ya empezó las ejecutorias de un conjunto de acciones contra la COVID-19 y dinamizará la aplicación de la vacuna en EE.UU. ¿Serán eficaces y atinadas para solucionar la crisis sanitaria que, a la fecha, ha contagiado a más de 24 millones de personas y más de 410 mil fallecidas en EE.UU.?
¿Las políticas económicas del gobierno del presidente Biden podrán dinamizar la industria y el comercio para incrementar el PIB, recuperar los miles de empleos perdidos, mitigar la aguda pobreza y la crisis social que abaten a los EE.UU.?
En la Era Biden, ¿los intereses de la geopolítica norteamericana respetarán las soberanías y autodeterminación de los pueblos, las libertades, los derechos humanos y propugnarán por el fortalecimiento de la democracia?
Los millones de inmigrantes que residen, generan riquezas y contribuyen con la grandeza de los EE.UU. ¿serán beneficiarios de las políticas económicas, sanitarias y sociales que se implementarán en la Era Biden?
Si se materializan respuestas positivas a estas pertinentes preguntas, se levantará un coro a nivel mundial para afirmar que ¡La Era Biden en EE.UU. satisfizo con creces las expectativas creadas!
Razón por la cual los países tercermundistas y en particular los pueblos y gobiernos latinoamericanos necesitan que la gobernabilidad, institucionalidad y democracia norteamericanas se fortalezcan y le desean los mayores éxitos al gobierno Biden-Harris en EE.UU. ¡Ojalá que así resulte!
Por Juan López