SANTO DOMINGO.- La Liga Dominicana de Béisbol Profesional (Lidom), que preside Vitelio Mejía Ortiz, debe considerar dedicarle la temporada 2020-2021 a la memoria del exjugador de los Tigres del Licey, Tony “Cabeza” Fernández, quien falleció recientemente en un hospital de la Florida.
La temporada pasada fue dedicada a la memoria de Don Carlos Morales Troncoso, un propulsor del equipo Toros del Este. Asimismo, la antepasada fue honrada a Vladimir Guerrero, quien fue exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown.
Para nadie es un secreto que Cabeza, quien nació en San Pedro de Macorís, fue un virtuoso a la defensa y un gran bateador. Los números hablan por sí solos.
Jugó en MLB con los Azulejos de Toronto por 12 temporadas, dos con de San Diego, una con los Yankees, Indios y Cerveceros de Milwaukee, Cincinnati y Mets, para un total de 17 campañas.
Entre sus principales hazañas se cuentan, 5 partidos de Juego de Estrellas, 4 Guante de Oro, una temporada de 200 hits y un anillo de campeón de Serie Mundial con los Azulejos en 1993. Bateó sobre .300 en 4 ocasiones, terminando MLB con average de .288. Su promedio de fildeo fue de .980.
Con el Licey jugó en seis temporadas, acumulando promedio de por vida de .275, con 280 indiscutibles en 1020 turnos al bate. Sumó 12 triples y un par de jonrones, además de que vio acción en tres series finales con el Licey.
Pero lo más importante de Cabeza Fernández no fue solo su gran defensa y su fino bate, su carisma y respeto al juego lo llevó a ser un líder dentro y fuera del terreno.
Tony no solo fue un gran jugador de los Tigres del Licey, fue un asesor por años, hasta su muerte.
Por todo lo antes puesto, el señor Vitelio Mejía debe sopesar la dedicatoria a Tony “Cabeza” Fernández.
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@WILLIAMAISH