Tanto LeBron James como la WNBA han sido durante mucho tiempo líderes en los reclamos por justicia social. Actividad que se vió en aumento desde que George Floyd muriera tras un consfuso episodio con la policía de Minnesota.
Un tanto peculiar es la situación de las Atlanta Dream de la liga fememina de baloncesto. Ya que una de sus propietarias es la senadora republicana Kelly Loeffler, que se ha manifestado en contra del Black Lives Matter, y ha pedido repetidamente la despolitización de los deportes profesionales.
Desde hace varios días, Loeffler está envuelta en una controversia, con jugadores y directivos pidiéndole que venda su parte del equipo. Ella se ha negado a hacerlo, lo que solo ha provocado la reacción del mundo NBA y WNBA para hacer campaña en su contra. Varios jugadores han estado usando camisetas con la leyenda “Vote Warnock“, en referencia a Raphael Warnock, oponente en las elecciones al senado y que finalmente se quedó con la banca de Loeffler.
Las jugadoras de la WNBA parecen haber tenido éxito en sacar a Loeffler del cargo, pero su presencia como dueña de una franquicia sigue siendo una fuente de conflicto. Ahí es donde aparece LeBron James, dado a que vía Twitter se ha ofrecido a formar un grupo de propietarios que puedan comprar el equipo.
Loeffler no tiene la obligación de vender su participación en el equipo, por muy incómoda que sea la situación. Y habría que ver si está dispuesta a ceder ante la presión política que está recibiendo. James ha hecho campaña en nombre de varios candidatos demócratas durante su carrera, y en los últimos años se ha mostrado como opositor al presidente Donald Trump, con quien Loeffler se ha alineado políticamente.
La presencia de LeBron como propietario de una franquicia sería un gran alivio para la WNBA, que comparte su ideología. Pero además, con la llegada de una personalidad de negocios como la del Rey, eliminaría a una propietaria controvertida y brindaría publicidad adicional a una liga que ha ganado popularidad en los últimos años. Queda por ver si realmente podrá comprar el equipo, pero demostrar su interés de forma pública solo ejercerá más presión sobre Loeffler.
