Introducción
1.- Históricamente, la desesperación nunca ha sido buena para los seres humanos, hasta el punto de que Miguel de Cervantes Saavedra, escribió que “la desesperación es mala consejera. El mayor pecado de los hombres es la desesperación, por ser pecado de demonio”. Y tiene que ser así porque las actuaciones impacientes resultan del proceder de los desasosegados.
2.- No cabe ninguna duda del estado de inquietud que hoy domina a toda la humanidad por la presencia de la COVID-19, y su deseo de que aparezca la vacuna salvadora. Sería una gran conquista sentirse inmunizado, libre del virus que tiene arrodillada a la especie humana.
3.- No obstante la esperanza que las diferentes marcas de vacunas han motivado, la prudencia nos manda a ser precavidos; no dejarnos seducir por estar bajo la influencia del temor a la muerte. Debemos ser realistas sin caer en pesimismo.
I.- Los efectos secundarios de una posible vacuna
4.- Hace unos días tuve la posibilidad de leer en la prensa nacional dominicana, la opinión de un médico cardiólogo que expresó: “su incredulidad y la incertidumbre que predominan en torno a las diferentes vacunas para combatir la Covid-19, deplorando que el aspecto comercial se imponga por encima de la verdadera utilidad del antídoto contra el nuevo coronavirus, y recomendándole a la población encomendarse a Dios para que el Altísimo, nos proteja de eventuales efectos secundarios al momento de recibir la inoculación contra el mortal virus”. [i]
5.- La Cámara de Diputados, recientemente aprobó un pliego de condiciones para nuestro país contratar cerca de ocho millones de vacunas de Pfizer, “pero se indicó que la multinacional no se hace responsable de los efectos secundarios adversos porque la misma no ha sido desarrollada en su totalidad”.[ii]
6.- La referencia hecha por el médico y la reserva de la multinacional farmacéutica Pfizer, con respecto a la vacuna y sus efectos secundarios, me llamó poderosamente la atención, tomando en consideración que las consecuencias no principales de un medicamento cualquiera llegan a tener resultados fatales en el organismo de cualquier paciente.
7.- Me he sentido impulsado a escribir este artículo porque así como se ha hablado de las vacunas, también hay que prestar atención a los posibles efectos secundarios que pueden acompañarlas.
II.- Los efectos secundarios de una medicina en el organismo de una amiga
8.- Confieso que al leer posibles efectos secundarios de las vacunas contra la COVID-19, me dio grima. El horror se apoderó de mí porque me vino a la mente lo que le ocurrió a una amiga por los efectos colaterales de un medicamento que le fue aplicado en una clínica en el extranjero.
9.- Mi querida amiga, después de que se le administró el medicamento, pasó por toda clase de complicaciones y sufrimientos que colocaron su organismo en estado de verdadera calamidad. Ella sentía que en su contra se había lanzado una maldición.
10.- La medicina la introdujo el galeno en el organismo de mi camarada, con todo el amor del mundo para que se curara, pero el medicamento le produjo lesiones que nunca en su vida la habían afectado, entre las cuales se destacan las siguientes: hormigueo en la piel, labios y partes de la piel temporalmente azulados, así como palidez; trastornos respiratorios; diarrea, dolor abdominal, urticaria, enrojecimiento de la piel y fuerte erupción cutánea; pérdida de cabello y las pestañas; conjuntivitis alérgica; síntomas gripales; falta de oxígeno en la sangre; sensación de agitación, ansiedad, confusión y nerviosismo; falta de glóbulos blancos; reacciones alérgicas repentinas con dificultad respiratoria, y descenso de la presión arterial; anemia, retención de líquido; desgarramiento de las uñas de las manos, costras en el cuero cabelludo, etc.
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11.- Lo peor que le sucedió a mí sufrida y querida amiga, fue que después de las infecciones y lesiones que le produjo la reacción alérgica de la medicina, los especialistas a los que recurrió no lograron dar con la causa de sus infecciones interiores y cutáneas.
12.- Mi entrañable amiga, en el curso de sus padecimientos por las reacciones adversas del medicamento que se le había suministrado, se puso en mano de médicos calificados en diferentes especialidades, destacándose ginecólogos, dermatólogos, infectólogos, nefrólogos, terapistas, alergólogos, otorrinolaringólogos, neumólogos, reumatólogos, cardiólogos y otros bien instruidos que no llegaron a dar con la intolerancia de la medicina en el organismo de mi dilecta amiga.
13.- No olvido que una tarde la visité en el apartamento donde estaba pasando su tratamiento en el extranjero, y al momento de mi llegada, estaba ella aplicándose en su cuerpo diferentes cremas que le habían prescrito, entre las que recuerdo los nombres de Hydrotex 2.5%; Hyaluron Filler; Gencloben 30 gramos; Fucidin 2%; Dermovate 0.05; Fusicort; Desowen 0.05; Diflorasone Diacetate 0.05; Menaderm Simple 0.25 mg; Frednefrin Forte, Hidraderm Hyal, Regener Plus, Jabón de Manzanilla, Heliocare Ultra, y otras.
14.- Además de las cremas que le indicaron para que eliminara las lesiones cutáneas, le prescribieron Alucal, Inflavir 30mg, Prelone de 20 mg, Frenaler Forte, Laxi 40mg, Bilaxten 20mg, para la conjuntivitis alérgica Frednefrin Forte y Vigamox.
15.- Más adelante, mi amiga al pasar momentos sumamente difíciles por los efectos secundarios de un fatídico medicamento que científicamente y de buena fe le fue aplicado, logró ponerse bajo la atención de un galeno que movido de forma vehemente, demostrando ser muy acucioso, lo primero que hizo fue referirla para que le practicaran una biopsia, la que dio como resultado que sus afecciones eran consecuencia de los efectos colaterales de un medicamento.
16.- Ante los resultados obtenidos del estudio de los tejidos, se le ordenó que tomara varios medicamentos entre los que se destacan Yvemectina, Hyderax 25, Monodoxin 100, Dermacortine, Oleasol 2%, Clobex Pro, Aquaphor, Meticorten 50 mg, así como varias secciones de fototerapia.
17.- Luego de lo que le ocurrió a mi coterránea, es bueno saber que cada paciente, además de contar con la lealtad de su médico, debe ser lo suficientemente ágil de mente, porque ocurre que algunos medicamentos son vendidos con un nombre para tratamientos en enfermos de países desarrollados e indican los efectos adversos, pero ese mismo producto es comercializado para poblaciones de pueblos subdesarrollados, con otra individualización, pero sin hacer una referencia completa a los efectos incidentales .
18.- Partiendo del percance que pasó mi amiga, no debemos olvidar que una vez aplicada la medicina al enfermo, la misma tiene incidencia en el resultado deseado y esperado, pero también puede, de manera accidental, generar complicaciones no previstas que llegan a causar complicaciones peores que el quebranto que se procura eliminar.
19.- Lo que puede producirle lo accidental de un producto medicinal a una persona, para un galeno es imposible prevenirlo, porque de una medicina esperamos la sanación, no lo circunstancial, lo marginal.
III.- Razonamiento final
20.- Hago la observación de que con este escrito no quiero asustar a nadie. En ningún momento me ha pasado por la mente motivar sobresaltos en aquellas personas que en nuestro país serán las primeras en aplicarse las vacunas contra la COVID-19.
21.- En lugar de angustiar, es mi deseo llevar tranquilidad espiritual a quien se aplique la vacuna. Cada quien que se arme de paciencia, despojándose de aprensión. En todo caso, el miedo es libre, y lo importante es que lleguen las vacunas, y en su uso no tengan efectos no deseados.
22.- En la práctica de la vida hay que estar preparado para que los hechos no resulten de otro modo a como nos habíamos calculado con antelación. Hay que ser optimista.
23.- Todo aquel que decida vacunarse que piense solo en los efectos esperados, liberarse del virus e impedir el contagio, pero hay que estar preparado para lo no vaticinado, lo imprevisto, que vienen a ser los fatales efectos secundarios.
24.- No es nada bueno satanizar las vacunas, presentándolas como algo extremadamente perverso que llega negativo. Pura y simplemente, recibirlas como un medicamento que esperamos sea angelical y nada satánico, que ha de darnos un respiro ante la agresión de la COVID-19.
25.- Lo ideal sería que luego de vencer el virus, tomando en cuenta las medidas preventivas, al momento de inyectarse la vacuna esta produzca los efectos deseados, y no secundarios nocivos que vengan a dañar al paciente, como le ocurrió a mi amiga que fue víctima de los colaterales de una medicina que con toda delicadeza le aplicó su médico.
26.- No podemos pecar de ingenuos y creer que las vacunas contra la COVID-19, van a actuar en el interior del organismo humano atendiendo solo a lo esperado, lo fundamental. Hay que suponer que además hagan acto de presencia aquellos factores no queridos, pero que pueden estar anexos al medicamento.
27.- Hay que estar preparado para entender que las vacunas, en los marcos del mercado mundial, son unas mercancías más y como tales están sometidas a propaganda y lucha de intereses económicos, políticos e ideológicos, y unas son elogiadas y otras reciben injurias.
28.- Basta con saber que la parte pesada del capitalismo mundial descansa en monopolios vinculados a la carrera armamentista y a los farmacéuticos. En el mundo de hoy la guerra de nombres de vacunas recién comienza.
VI.- Doy constancia
a.- De todo corazón debo dar constancia de que el médico que le aplicó a mi amiga el medicamento que la afectó, procedió correctamente desde el punto de vista humano, profesional y ético; haciendo uso de sus conocimientos de las ciencias médicas; ejecutando como un experimentado galeno, un erudito de su especialidad.
b.- Las complicaciones que lesionaron a mi camarada, fueron por los efectos secundarios del medicamento que al hacer contacto con el cuerpo de ella, produjeron una especie de intoxicación, tal como lo reveló el examen de un trozo del tejido retirado de su cuerpo, es decir la biopsia .
c.- Una vez lleguen al país las vacunas contra la COVID-19, y me corresponda el turno para aplicármela, con gusto aceptaré ponérmela, pero previamente procederé a cerciorarme de sus componentes para estar debidamente edificado, y no me ocurra lo de mi amiga, que fue víctima de los efectos colaterales de un medicamento que con todo amor le aplicó su médico, y que lamentablemente, ella fue la victima de esa medicina que tiene entre sus efectos negativos intoxicar a un (1) paciente de cada 10 mil.
Por: Ramón Antonio Veras