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19 de abril 2024
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4 min de lectura Internacionales

Las rencillas, la corrupción y los hijos enredan al partido de Bolsonaro

Las rencillas, la corrupción y los hijos enredan al partido de Bolsonaro
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro.
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EL NUEVO DIARIO, BRASILIA.- El Partido Social Liberal (PSL), que lidera el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, parece encaminado hacia una fractura por los apetitos de sus dirigentes, sospechas de corrupción y el protagonismo de los hijos del mandatario.

Aún cuando la crisis interna en esa pequeña formación que creció en la política brasileña bajo el ala del líder de la ultraderecha se insinuaba desde hace meses, hace diez días el propio Bolsonaro dio algún aviso de que la situación comenzaba a agravarse.

«Olviden a ese partido» que «está muy quemado», dijo el propio Bolsonaro públicamente a algunos de sus seguidores, frente a los que también insinuó que debían dejar de lado al presidente del PSL, el diputado Luciano Bivar, pero sin aclarar los motivos.

En medio de la perplejidad de los dirigentes del PSL, esta semana aumentó la intensidad del embate con una operación de la Policía Federal, que depende del Ministerio de Justicia y que registró nueve residencias y oficinas vinculadas a Bivar por sospechas de fraude en las elecciones del año pasado.

Se trata de sospechas similares a las que salpican al titular de Turismo, Marcelo Álvaro Antonio, el único miembro del PSL que queda en el Gobierno, que cuando comenzó en enero pasado solamente tenía a dos dirigentes de esa formación en el gabinete de 22 ministros.

El otro representante del partido que estuvo en el gabinete de Jair Bolsonaro fue Gustavo Bebianno, quien presidía el PSL en 2018, en plena campaña electoral, fue nombrado ministro de la Secretaría General de Gobierno y destituido tras sólo dos meses en el cargo.

Bebianno cayó por sospechas de que había promovido «candidatos fantasmas» en el proceso electoral, a fin de aumentar los recursos que el PSL recibía del llamado «fondo partidario», constituido con dinero público y destinado a financiar campañas políticas.

Se trata de las mismas sospechas que pesan contra Bivar y contra el ministro de Turismo, aunque éste último ha sido ratificado en el cargo por Bolsonaro, quien al destituir a Bebianno garantizó que, como prometió en su campaña, será «intolerable» con la corrupción.

Además de esas sospechas, y a diferencia de Antonio, Bebianno y Bivar tienen en común el haberse implicado en unas duras y públicas polémicas con dos hijos del gobernante que están en el Parlamento y buscan ampliar su influencia en el PSL: el senador Flavio y el diputado Eduardo Bolsonaro.

El último capítulo de la novela de intrigas en el PSL ocurrió este jueves, cuando la jefa del grupo oficialista en el Parlamento, Joice Hasselmann, fue destituida sumariamente, al parecer por orden del propio mandatario y en medio de serias rencillas que la diputada mantenía con Eduardo Bolsonaro.

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Hasselmann no escondió su indignación, insinuó que el presidente pretendía poner en su puesto a su hijo Eduardo y se dijo víctima de una «traición», algo que, en su opinión, «es el ‘modus operandi'» del Gobierno del líder de la ultraderecha.

Sin embargo, Bolsonaro encargó la jefatura del grupo del Gobierno al senador Eduardo Gomes, en un cambio que la Presidencia explicó simplemente como una «prerrogativa» exclusiva del gobernante.

Fuentes del PSL consultadas por Efe dijeron que la situación es «seria» y alertaron de que puede conducir a fracturas, sobre todo de cara a las elecciones municipales que se celebrarán el año próximo, en las que el partido aspira a aumentar su influencia.

También señalaron que pudiera haber otras consecuencias, como un resquebrajamiento de la base parlamentaria de la que el Gobierno depende para concretar diversas reformas económicas, entre las que figura un polémico proyecto que endurece el acceso a la jubilación y pasa por los últimos trámites en el Parlamento.

Asimismo, la crisis en el PSL puede poner en jaque la intención de Bolsonaro de promover a su hijo Eduardo como embajador de Brasil en Estados Unidos, lo cual debe ser aprobado por el Senado, en el que hay cierta resistencia por el temor a que ese nombramiento suponga un caso de nepotismo, castigado por las leyes.

Según Bolsonaro, su hijo mantiene una estrecha relación con la familia del presidente estadounidense, Donald Trump, que serviría para «facilitar» el diálogo entre ambos países, aunque muchos, incluso en el PSL, ven en ese movimiento un intento del gobernante de dar una proyección mayor a la carrera política de su hijo.

 

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