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19 de abril 2024
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4 min de lectura Internacionales

Las puntadas que Hedwig Strnad no pudo dar, una lección en la era de Trump

Las puntadas que Hedwig Strnad no pudo dar, una lección en la era de Trump
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EL NUEVO DIARIO, ESTADOS UNIDOS.-La historia real de Paul y Hedwig Strnad, alcanzados por la barbarie nazi cuando esperaban una visa para Estados Unidos que pensaban conseguir gracias a los diseños de moda de ella, ha inspirado 65 años después de su muerte una exposición y una obra de teatro de una candente actualidad.

"Lo importante es que esta historia muestra el impacto que las políticas del Gobierno tienen en la gente" y lo hace en un momento en que Estados Unidos quiere cerrarle la puerta a los inmigrantes, afirma a Efe Michael Yawney, director de la obra de teatro "A Stitch in Time" (Una puntada en el tiempo).

Esta obra, significativamente interpretada por Irene Adjan, de origen sirio, y Ricky J. Martínez, de origen cubano y ruso, es la "guinda" de la exposición "Stitching History from the Holocaust" (literalmente Dando puntadas a la Historia desde el Holocausto).

El centro de esta exposición, que puede verse en el Museo Judío de Florida hasta el 19 de marzo, son ocho prendas de vestir creadas a partir de los figurines que los Strnad enviaron en 1939 desde Praga a un primo asentado en Milwaukee y que pertenecen actualmente al Museo Judío de esa ciudad del norte de Estados Unidos.

Con esos detallados dibujos a color, Paul y Hedwig, que no tuvieron hijos, pretendían demostrar ante las autoridades migratorias estadounidenses que, si eran aceptados en este país, no iban a ser una carga, pues tendrían medios para ganarse la vida.

Pero los nazis llegaron a Praga antes que la respuesta a la solicitud de visas de los Strnad y se los llevaron, junto con otros miles de judíos de la entonces Checoslovaquia, primero al campo de concentración de Terezin y luego al gueto de Varsovia, donde se les pierde el rastro, pero se cree que murieron en 1942 o 1943.

En uno de los paneles de la exposición se recuerda al visitante que una ley estadounidense impuso a partir de 1924 un límite de 3.073 inmigrantes de Checoslovaquia por año y que en 1920 había más de 362.000 checos, judíos y no judíos, que habían emigrado a los Estados Unidos.

Contemplar los vestidos, abrigos y trajes de chaqueta diseñados por Hedwig, recreados por una compañía de teatro de Milwaukee, que usó telas como las que existían en los años 30 y hasta estampó los motivos a la manera de entonces, no hace pensar en la tragedia que se avecinaba.

Sus estampados en vivos colores, uno de ellos con un motivo de estrellas amarillas, aunque de siete puntas y no de seis como la de David, los zapatos y los sombreros perfectamente coordinados con la ropa, un vaporoso vestido de noche u otro ideal para tomar el té hacen pensar en un mundo "normal".

Sin embargo, fueron creados cuando todo alrededor de los Strnad se desmoronaba y el peligro les acechaba. Eran como un "salvavidas" para ellos, que aun tenían la "esperanza" de poder escapar, dice la autora de la obra.

Sin embargo, en la carta que Paul Strnad escribió en 1939 a su primo Alvin de Milwaukee, le confía sus temores: "puedes imaginar que tenemos el mayor interés en abandonar Europa lo antes posible".

Martínez, que interpreta a Paul Strnad, se muestra impresionado por la actualidad de la historia que ha inspirado la obra que ha escrito Susan Westfall y se estrenará este domingo en el Museo Judío de Florida.

"Lo que yo quiero es que los que vengan a ver ‘A Stitch in Time’ entiendan que si empezamos con una pared (el muro) en la frontera con México, podemos acabar con otra barrera en el Caribe y así sucesivamente", señala este actor, escritor, director y coreógrafo ganador del Margo Jones Award en 2016.

A Martínez la historia de Paul y Hedwig le llega al corazón. Sus abuelos maternos, judíos rusos, llegaron a Cuba en el famoso "St. Louis". Afortunadamente pudieron desembarcar, pues tenían visas, y se libraron de volver a Europa como le tocó a la mayoría de sus pasajeros, que precisamente huían del régimen nazi.

Adjan, cuyo padre pertenece a la primera generación nacida en Estados Unidos de una familia siria emigrada, también cree que es necesario dar a conocer historias como las de los Strnad cuando el nuevo presidente, Donald Trump, quiere vetar la entrada de refugiados de países como Siria y otros de Oriente Medio..

Para esta actriz de larga trayectoria en las tablas del sur de Florida, "A Stitch in Time" es el primer acto y la exposición el segundo de una obra que, en palabras de Martínez, cobra de esa manera "cuatro dimensiones".

Es una historia que nos hace pensar en la "responsabilidad de EE.UU. en dar la bienvenida y ayudar" a personas que no pueden vivir en paz, señala Adjan.

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