Desde el 27 de Julio de 1953 fecha en que se produjo la firma del armisticio que receso las hostilidades bélicas entre Corea del Norte, China y Rusia por un lado y Corea del Sur y Estados Unidos del otro, han trascurrido sesenta y ocho años. Desde entonces las dos coreas se han mantenido técnicamente en guerra aunque sin novedades mayores.
Durante ese periodo de tiempo se desató una carrera armamentista que devino en lo que se ha denominado la nuclearización de las coreas, mediante la cual cada una de las partes produjo su propio arsenal en la búsqueda en aras de defenderse ante un posible ataque de la otra parte.
La humanidad y especialmente la región de Corea han vivido diferentes momentos de tensiones y confrontaciones desde la fecha y en múltiples ocasiones se ha tratado de construir la paz entre los habitantes de ambas repúblicas en las que los intereses de las superpotencias dividieron al pueblo coreano.
Aunque ambas coreas se encuentran armadas hasta las entrañas las decisiones del mundo capitalista encabezado por Estados Unidos y sus aliados han hecho creer a la humanidad que el problema ha sido exclusivamente la Corea del Norte con su programa nuclear y sus pruebas de misiles frente a quienes se han ensañado imponiendo sanciones económicas contra Pyongyang con la intención de desestabilizar su gobierno y descreditar su liderazgo.
Cuando todo el mundo pensó que sería inminente un ataque de los Estados Unidos hacia Corea del Norte o viceversa, el Presidente King Jong-un sorprendió al mundo desmantelando su base de producción de misiles, ofertando conversaciones con su par Coreano y desarrollando un propuesta de buena voluntad para con el gobierno de los Estados Unidos en busca de la armonía política para poner fin a las tensiones.
Desde entonces el líder Coreano se ha empleado a fondo para realizar audaces movimientos que le han llevado a dos reuniones con su homólogo de Corea del Sur, Moon Jae-in, a un encuentro cara a cara el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump y a realizar tres visitas a China para conversar con su aliado Xi Jinping. Jugando un ajedrez diplomático para destrancar a su aislado país.
Las conversaciones entre los líderes Coreanos han avanzado a un grado tal que se proponen declarar finalizado el armisticio y en consecuencia dar por finalizada la guerra, bajo el compromiso de ambos, para buscando la asesoría de la comunidad internacional avanzar en la desnuclearización y desarme de ambos territorios, como paso previo, para alcanzar la paz necesaria que permita desarrollar a ambos países.
Alcanzar la paz y el desarme de la península ha sido preocupación del mundo en más de seis décadas y por ello no se entiende la posición del señor Harry Harris Embajador de los Estados Unidos en Corea del Sur que declara que: «Todavía es demasiado prematuro abordar esta cuestión, a pesar de la mejoría de las relaciones entre las dos Coreas».
No obstante ese planteamiento del Embajador Estadounidense, los presidentes de las Coreas comparten la idea de declarar oficialmente finalizada la guerra entre ellos, como paso esencial para alcanzar la necesaria paz en la península. Y es que como dijimos hace un tiempo el dialogo entre las coreas tiene que ser en su lengua autónoma y jamás en inglés.
Por Francisco Luciano