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19 de abril 2024
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OpiniónRolando FernándezRolando Fernández

“La verdad se parece mucho al Sol, cuando el firmamento está nublado”

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¡Está presta a asomar en cualquier momento! Es lo que está por verificarse en Dominicana, ¡qué la luz de la verdad resplandezca de manera súbita!, respecto de todos los actos de corrupción en que se ha incurrido durante la presente gestión de gobierno, según las tantas denuncias hechas públicas.

Y, no luce que falte mucho tiempo, por los aires y las marejadas que desde el exterior que se están dejando sentir con blanco en esta nación, como el nerviosismo que se advierte entre determinados políticos del país, incluidos algunos congresistas, y empresarios de renombre.

¡Bueno!, aunque ese caso del escándalo internacional Odebrecht, a pesar de las tantas evidencias acusatorias hechas públicas con respecto al país, con relación a los sobornos recibidos por políticos y funcionarios nuestros, como las sobrevaluaciones de obras públicas contratadas para favorecer la señalada empresa brasileña, se le ha estado dando largas a nivel de la justicia local, acompañada esa actitud de un silencio oficial alarmante, todo luce indicar que ese panorama tendrá que cambiar, y seguir el rumbo que ha tomado en otras naciones caribeñas la cuestión, también envueltas, a partir de: “El conflicto de la CDEEE y Odebrecht llega a Corte de Arbitraje de Nueva York”. (“Diario Libre”, del 17-1-18).

Es evidente que, la indiferencia obvia, la inacción indebida, las pantallas, como el silencio sepulcral en que se ha incurrido, tendrán que dejarse de lado, para entonces emular lo que se ha hecho en otros países, donde sí que se ha procedido en el orden que se debe, según lo visto, para satisfacer las esperanzas de justicia que han cifrado sus sociedades.

Bien conocido es que, las verdades solo se pueden estar ocultando por un tiempo, y súbitamente pueden salir a relucir después, a menos que se procure demostrar lo contrario en el ínterin que transcurra, que no ha sido lo que se ha observado entre nosotros respecto del señalado asunto.

De ordinario se ha continuado con la dejadez y los ocultamientos sobre hechos estatales que se entienden dolosos, y que lucen innegables, por cuanto ha trascendido hasta la opinión pública, desde que esa “bomba” explotara a nivel mundial, y aquí comenzaran a fluir y conocerse detalles muy comprometedores (caer fragmentos), que incluso han puesto en tela de juicio la legalidad de la misma gestión gubernamental presente, según los análisis y exposiciones de juristas de fuste nuestros, producto de los sobornos que se dice se dieron el Congreso Nacional para modificar la Constitución de la República, y así hacer posible la reelección del actual presidente.

Ahora, con ese juicio de arbitraje entre la CDEEE y Odebrecht llegado a una Corte de Nueva York, según trascendiera, para dilucidar el pago adicional que demanda la empresa brasileña, por 708 millones de dólares, asociado con trabajos extras en la construcción de las plantas a carbón en Punta Catalina, es muy posible que muchas cosas tengan que airearse públicamente, y que algunas de las verdades envueltas en ese mayúsculo escandalo, con ribetes internacionales salgan a “brillar”, por el entorno en que se habría de ventilar el proceso, ya fuera del “orquestamiento” judicial que aquí se tiene, narigoneado  por el poder político local.

Según sostienen algunos expertos en asuntos de arbitraje internacional de ese tipo, el Estado dominicano no le quedara otro camino que pagar ese reclamo, y todo lo que se le pegue. Se infiere que, también se conocerán muchos de los aspectos “virtuosos”, consignados en el leonino contrato suscrito con los “angelitos” brasileños.

Solo hay que esperar que pase el nublazón, para que todo lo cierto con relación a esa temática, en lo tocante a Dominicana, y sus envalentonados políticos andantes, salga a relucir; que los destellos de la verdad, como ocurre con los rayos del potente Astro Rey, comiencen a manifestarse con fuerza. Eso, en consonancia con la frase que encabeza.

 

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