Cada vez que conocemos más detalles de los daños causados por los huracanes Irma y María hay que llegar a la conclusión de que en la labor de reconstrucción del país debemos ser intensos.
Sólo en las plantaciones de bananos en la parte baja del río Yaque del Norte, en la Línea Noroeste, las pérdidas se están estimando sobre los mil millones de pesos. Y en esa misma zona la producción de arroz ha sido seriamente dañada.
Lo mismo hay que decir de la franja del bajo Yuna en la zona de Nagua y San Francisco de Macorís, en la provincia Duarte. Y en Sánchez Ramírez, en La Vega, Hato Mayor, El Seibo, La Altagracia, Samaná y Puerto Plata.
No han sido pocos los daños y por tanto la tarea que tenemos es enorme.