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20 de abril 2024
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OpiniónHumberto SalazarHumberto Salazar

La republica digital y la cuarta revolución industrial

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En una reunión que encabezó el Presidente Danilo Medina en el día de ayer, se presentó el proyecto piloto que da inicio en este mismo año a la implementación de lo que se ha denominado ¨República Digital¨, expresión que describe el compromiso del gobierno nacional en la reducción de la denominada brecha digital.

La trascendencia de este plan, que abarcará en principio la integración de 150 escuelas de la tanda extendida con la participación de 55 mil estudiantes, es de tal magnitud, que de su extensión y profundización en todo el sistema escolar dominicano, dependerá la integración de nuestro país a la nueva economía que se está construyendo en la denominada era digital.

No hay dudas de que la apuesta del gobierno de Danilo para estos cuatro años de gobierno, se enmarcan en proyectos estratégicos que no son los que usualmente implementan los diferentes gobiernos de los países en vías de desarrollo, como es nuestro caso, que prefieren el efectismo inmediatista a una visión de futuro, que es lo que caracteriza las políticas públicas de los países desarrollados.

El mundo al que pertenecerá la República Dominicana en los próximos años, tendrá una dependencia total de la denominada revolución digital, que apenas comienza, y se caracteriza por el desarrollo de la inteligencia artificial, las maquinas inteligentes, la invasión del internet en todas las actividades de nuestras vidas y hasta la transmisión de nuestros signos vitales a grandes centros de acopio de datos (la denominada big data) a través de sensores que irán adheridos a nuestra ropa y nuestro cuerpo.

Se esta construyendo un mundo donde la tecnología y lo digital lo están invadiendo todo, donde somos al mismo tiempo consumidores y productores de información, el ser humano está interactuando con las maquinas, que ya son capaces de reconocer nuestra voz, les damos ordenes y las cumplen, guardan en sus memorias nuestros gustos musicales y son capaces hasta de predecir las palabras que vamos a escribir en un mensaje de texto.

Para países como la República Dominicana entonces, es urgente trabajar en disminuir la denominada brecha digital, que se define como la imposibilidad que existe de una parte de la población de tener acceso a internet y los que si tienen acceso a estos servicios, lo que está íntimamente vinculado a la pobreza y la exclusión.

Y es necesario hacerlo ahora, porque en caso de que no logremos insertarnos en lo que se denomina ¨cuarta revolución industrial¨, estaremos condenados a un tipo de subdesarrollo y alienación que no ha conocido la humanidad en toda su historia, y es que la innovación tecnológica esta arrasando con los empleos de menor especialización en gran parte de los países del mundo.

Por ejemplo hace dos días la firma automotriz Ford, anunció el abandono de la construcción de una planta para ensamblar vehículos en Mexico cuyo costo era de 1,600 millones de dólares, y en cambio decidió ampliar una que ya existe en el estado de Michigan, con una inversión de 700 millones que creará solo 700 empleos en los Estados Unidos.

En principio el Presidente electo Donald Trump, lo consideró un efecto de sus amenazas para imponerle aranceles a los automóviles construidos en Mexico bajo el NAFTA, pero lo cierto es que posteriormente Ford anunció que tomó esta decisión porque sus planes son la construcción de carros eléctricos, y que para esto necesita mano de obra muy especializada sobretodo en ingeniería informática.

Después de todo se prevé que en los próximos 5 años en muchos países se sustituirán los vehículos de combustión interna por aquellos con motores híbridos o eléctricos, pero ademas la mano de obra para el ensamblaje de los automóviles la proveen los robots o maquinas inteligentes, por lo que esas manos baratas mexicanas ya no son necesarias para que Ford gane dinero.

Dentro de muy poco tiempo los choferes no serán necesarios, porque los automóviles se conducirán guiados por los GPS, las cajeras de los supermercados desaparecerán, los bancos sustituirán gran parte de su personal al desaparecer la moneda física, los médicos tendrán la competencia de las maquinas para realizar los diagnósticos, las librerías serán todas digitales y hasta las piezas de recambio de nuestras maquinas serán construidas por nosotros mismos en nuestras copiadoras 3-D.

Nada de lo descrito es imposible porque todo ya existe, las casas inteligentes y eficientes son manejadas a través de Alexa de Amazon, Google con sus mapas es capaz de guiarnos hasta en las ciudades mas difíciles e intrincadas, Siri nos busca la música que nos gusta y nos advierte si debemos llevar o no paraguas al salir de la casa, en fin nos vamos adentrando en un mundo digital casi sin darnos cuenta.

La velocidad a que se producen estos cambios nunca han sido vistos en la historia, a las maquinas de vapor, símbolo de la primera revolución industrial, les costó 150 años ser sustituidas para dar el salto al motor de combustión interna, la electricidad y el uso de los combustibles fósiles, que son los paradigmas de la segunda revolución industrial.

La informática, la sistematización de la información y las computadoras, que caracterizan la tercera revolución industrial, se desarrollaron durante aproximadamente 40 años, antes de que a principios de este siglo XXI, irrumpiera la extensión de las comunicaciones con la generalización del internet y nos encontremos en los albores de una era digital de posibilidades infinitas.

Muy pronto muchas de las profesiones que conocemos hoy serán sustituidas o mediatizadas, las personas ya realizan todo los servicios que brindaban las agencias de viajes desde sus propias casas, haciendo uso de la denominada economía colaborativa se hospedan con desconocidos en airbnb, usan los automóviles privados de otros en Uber, Lift o Blaba Car y hasta se hacen sus propios diagnósticos médicos poniendo sus datos en paginas especializadas de internet.

La tendencia es que desaparezcan los periodistas, al final cada quien construye la noticia desde el lugar donde se encuentra, los periódicos de papel están migrando hacia las paginas digitales, los abogados, los contables, los analistas financieros y muchos otros cada vez son menos necesarios porque todo se está automatizando.

Hay que imaginar la brecha que se producirá entre las poblaciones y los países alfabetizados digitales y los que no, en lugares que, como la República Dominicana, todavía no se ha producido la llegada de los avances de la era de la informática (diferenciarla de la era digital) y que estarán sometidas a presiones laborales donde lo necesario es el conocimiento especializado y no la repetición de movimientos para la producción.

Por esto es que debemos apoyar el esfuerzo del gobierno en la extensión de la llamada República Digital, en un país donde la mayoría de la población que se dice pensante, todavía vive y razona de modo análogo, la apuesta debe ser necesariamente para las próximas generaciones de nuestros ciudadanos y ciudadanos que todavía se encuentran en las escuelas.

En esos niños y niñas donde debe ser depositada la semilla de los que intervendrán en ese mundo del futuro, donde la nanotecnología, la robótica, la inteligencia artificial, la biología molecular y muchas otras ramas de la ciencia que están en pañales todavía, serán las áreas que proveerán de empleo y bienestar a los habitantes del planeta.

La República Digital es una apuesta por el futuro de una nueva República Dominicana, el tren del progreso no se detiene, es nuestra responsabilidad como país subirnos en el o mirarlo como se aleja para siempre.

 

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