Con frecuencia la riqueza ilícita roza nuestras narices. Riquezas excesivas que no tienen sustento en actividades productivas.
Algunos que usan sus vínculos con el Estado y los gobiernos para defraudar los fondos públicos. Otros porque desarrollan actividades fuera de la ley en acciones mafiosas de diferentes índoles.
Un efectivo sistema de renta evitaría la mayoría de los casos de corrupción en las actividades públicas y en las operaciones de gente usando influencias para traficar, para luego andar persiguiendo a presuntos delincuentes, muchos de los cuales terminan saliéndose con las suyas.
Si las personas fueran obligadas a declarar sus actividades, sería fácil detectar temprano los ilícitos.