La realidad del costo de la vida es objeto de indiferencia por parte de las autoridades y es algo que en realidad llama a profunda preocupación.
Hay que ir a los barrios, donde el Colmado juega un rol estelar en la vida de los dominicanos para uno no entender como nos estamos haciendo la inmensa mayoría de los Padres de familia, los reales, no los chóferes abusadores, ante el incremento casi diario del costo de productos básicos de la dieta de los dominicanos.
Las carnes, el arroz, las habichuelas y los aceites, y los vegetales y hasta las verduras han incrementado su precio de forma escandaloso y sin tener al parecer fin.
El grito es desesperante, no hay dinero, y los sueldos no alcanzan, y el crédito, los dueños de Colmados dicen que han bajado las ventas y no tienen capital para reponer mercancías y fiar, están sino suspendidos limitados a clientes muy buenos o de larga data, otro dolor de cabeza.
Desde el último aumento en los precios del gas licuado de petróleo, todo, hasta el precio de los pasajes del Motoconchos subieron y quizás no ha habido una reacción violenta porque no hay liderazgo político que capitalice ese malestar, ni oposición con visión y sentido de lo que es su rol.
Hay que ponerle asunto a los graves problemas de las grandes mayorías, hay mucha miseria en barrios de todo el país, y eso no se puede ocultar con millonaria publicidad que hace más mal que bien al gobierno mismo que la paga.
Quizás Danilo Medina debe hacer un alto, y bajar al pueblo mismo para que pueda entender que las cosas no marchan bien, que la realidad del pueblo es muy distinta a la que pregona el gobierno y quizás le han hecho creer a él mismo, urge hacer algo por el día a día de la familia que se ha convertido en un doloroso viacrusis.