Jirán inicia su reinado designando a sus cortesanos, cantando y bailando la danza de la covidianidad, soplado por los vientos de la tormenta Laura, exaltando su culto a la diosa transparencia, asignándo una entelequia verduga en calidad de tablajera para el comesolismo saliente. Reiterativo en su clamor de cumbre, eso denota desesperación, abierto y comunicativo, Jirán es su propio relacionador público.
Sus feroces ministros patibularios meten miedo a los salientes con el cuco de las auditorías, tal parece que pompeo les ha pedido juicio de residencia al desplazado funcionariado de colonia y por vía de consecuencia escarmentar a los comesolos prochinos. La primera semana del reinado de los fenicios da la percepción de ser mucho tiempo, tal parece que la peculiaridad de Jirán tortura a la plebe.
El dantesco panorama dominicano parece emular a Guérnica de Picasso, con las 77 plagas de Egipto en ciernes más una tormenta tropical. Los dioses deben de estar locos y parecen haberse ensañado contra Quisqueya. Parece que el reinado de Ludovico el loco no fue suficiente.
Mientras a los diplomáticos en vez de permutarlos, los están aplanando y siquitrillando, sin miramientos, sin importar eficiencia y especialidad, Jirán parece confundir la carrera diplomática con las carreras de caballos.
Jirán viene de islam, pero profesa el catolicismo, luce hasta ahora íntegro y respetuoso de los 10 mandamientos. El triunfo de Jirán luce no ser de todos los dominicanos y algunos perremeístas se están quedando fuera del reparto del botín, en tanto algunos hasta han renunciado, rechazando inconformes los ministerios asignados.
A pesar de su gran esfuerzo proselitista, muchos seguidores de Jirán SE VAN a quedar fuera del tren gubernativo. Ante la carencia de planes estratégicos con tra las plagas, sugerimos al liderazgo mayor dominicano, montar una cartelera de lucha libre de modo que las cuadras unidas de Jack, Relámpago y el Vampiro Caos reten y combatan a muerte al letal Covid.
A nuestra canalla gubernativa le sobra primor para emular la película del padrino en nuestra sociedad, pero le falta aritmética elemental para determinar la segunda mayoría senatorial, en su disputa por el control de las designaciones de los mercaderes de miserias y vendedores de sentencias denominados dizque jueces.
Mientras en República Dominicana la solemnidad del día de los galenos, los atrapa sin salida, sobreviviendo, sin comer, sin beber y lavando su ropa ellos mismos y lo que es peor aún, sin ninguna solidaridad para con ellos.
Si nuestro liderazgo mayor, ni los frentes de masas, ni las asociaciones empresariales, ni las ONGs, ni nadie tiene iniciativas de lucha real y efectiva contra las pestes en ciernes, entonces que luchen Jack Veneno, Vampiro Caos y Relámpago Hernández.
Por Edgar Marcano