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20 de abril 2024
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OpiniónHumberto SalazarHumberto Salazar

La mejor campaña para el PLD es no hacer campaña

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Por mas vueltas que alguien en su sano juicio de a la forma en que se comportan algunos dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana, la verdad es que no hay quien entienda la actitud levantisca y hostil que muestran frente al gobierno de su partido, aparentemente por una inquina personal o algunas insatisfacciones que son inaceptables en la actividad política.

En una comparecencia en el día de ayer en al almuerzo aniversario de ADOEXPO, el Ministro Administrativo de la Presidencia José Ramón Peralta, mostró cifras tan positivas de proyección económica de la República Dominicana para el presente año, que a muchos nos hacen pensar si es posible que los opositores al gobierno intra-PLD, no se den cuenta de que no les queda mas remedio que engancharse al carro del progreso para no quedarse descontextualizados fuera del camino.

La República Dominicana terminará el 2018 con un crecimiento del 6%, lo que nos va a colocar de nuevo entre las economías de mayor crecimiento de la región, todo esto en un entorno de estabilidad, como la proyección de un 4.5% de inflación para el 2018, a pesar de la inestabilidad de los precios del petróleo y una tasa de desempleo por debajo del 5%.

Hablamos de una economía sana, manejada en forma prudente, con un crecimiento sostenido por un periodo de 14 años consecutivos cuando finalice el 2018; mínima tensión social, apertura para la inversión extranjera, y que según Peralta logró tener un superávit de 1.022 millones de pesos en el primer cuatrimestre de este año.

Para cualquier miembro del PLD, estas cifras deberían hacerlo sentirse satisfecho, porque significa que el trabajo de su partido y el suyo propio, ha servido para mejorar las condiciones de vida de millones de dominicanos, que hace pocos años, tan cerca como mediados del 2004, vagaban desesperanzados en busca de unas mejores condiciones de vida, las que les eran negadas por la profunda crisis económica a que fue llevo el país.

Pero no, parece que el problema de algunos dirigentes del partido morado, es un ¨quítate tu pa ponerme yo¨, porque en vez de asumir como propio el trabajo que en el plano económico esta realizando su agrupación política, que suponemos es el PLD, y el Presidente Danilo Medina, a quien suponemos apoyaron en las elecciones pasadas, su dedicación exclusiva es a discutir sobre una agenda electoral que esta mas que fuera de tiempo.

Tenemos casi un año completo discutiendo un solo articulo de la Ley de Partidos, una pieza que tiene 19 años rodando por el Congreso de la Nación, y del baúl de las excusas salen todos los días declaraciones y propuestas de un grupo del partido de gobierno, que al parecer no quiere bajo ningún concepto que se apruebe una normativa imprescindible para montar con cierto nivel de organización las próximas elecciones.

Aquella metodología por medio de la cual, la minoría se plegaba a la decisión de la mayoría, ha sido sustituida por la palabra consenso, que no sabíamos era sinónimo de unanimidad, y esto no es mas que una máscara para ocultar la intención de sabotear el intento de apertura que se necesita en los arcaicos partidos políticos nacionales, frente a la ola de cambio que exigen las nuevas generaciones de dominicanos.

Mientras los peledeístas se afanan en discutir si son abiertas o son cerradas, si son inconstitucionales o no, su gobierno construye para la ciudadanía un novedoso medio de transporte que ya enlaza los barrios marginados de la ciudad de Santo Domingo con el centro de la ciudad en forma rápida, segura y barata, pero esto no tiene importancia frente a los afanes electorales que caracterizan al partido de gobierno en estos días.

Lo importante son las gorras, camisetas, banderas y disco-ligths, después de todo la campaña electoral, sin tener la responsabilidad siquiera de sentarse a discutir el método de elección de las candidaturas, es lo prioritario para el sector de Los Alcarrizos, antes que el inicio de la construcción de las líneas del teleférico, la central de autobuses y la ampliación de una nueva linea del metro de Santo Domingo, obras que fueron iniciadas por el Presidente Medina hace pocos días.

Habría que preguntarle a los habitantes de esa comunidad tan cercana y con tantos problemas para movilizarse a la ciudad, si dentro de sus prioridades se encuentra en estos momentos la movilización electoral o si por el contrario prefieren que el partido sea la vía por medio de la cual se ocupen de sus necesidades primordiales y fundamentales, sin dudas que el ¨bandereo¨ y las consignas no figuran en el tope de su lista de prioridades.

A esto habría que sumarle la resurrección de la producción agropecuaria, el fortalecimiento y modernización de la gestión pública, la puesta en vigencia de las normas que garantizan la transparencia en el uso de los fondos públicos, el fortalecimiento institucional, la inversión en educación y la construcción de obras de infraestructura en todos los rincones del país, esto nos podría hacer llegar a la conclusión de que la mejor campaña que puede hacer en estos momentos el PLD es no hacer campaña.

Y es que el problema de un partido de gobierno no puede ser quien asumirá la candidatura a la presidencia para las próximas elecciones, es mas, si en el 2020 está en funcionamiento Punta Catalina, en terminación la presa de Monte Grande, inaugurado el teleférico con sus nuevas líneas hacia el oeste de la capital y el pleno funcionamiento la linea B del metro hacia el lado este, nadie le ganará las elecciones a quien decida presentar el PLD.

Diluirse en un enfrentamiento estéril e insensato en estos momentos, es un ejercicio inútil de miopía política, porque la actitud debería de ser de colaboración y sostén político desde la estructura política que es el partido, para un gobierno que es fruto del mandato popular a partir de la propuesta del PLD en las elecciones del año 2016 y no terminará hasta el 2020, antes que combatirlo de un modo irracional, los dirigentes del PLD deberían ser el sostén principal de su propio gobierno para tener validación para sucederlo.

Al final suponíamos que se trataba de gobernar bien, mejorar la calidad de vida de la mayoría, disminuir la pobreza histórica que nos ha afectado como nación, que cada vez haya menos excluidos, mas trabajo, mas inversión y tantas otras cosas que todavía nos faltan; si lo que se busca es la satisfacción personal y no colectiva, entonces no se trataba de servir al pueblo a través del servicio en el partido.

 

Por Humberto Salazar

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