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19 de abril 2024
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OpiniónLeonardo Suriel MorelLeonardo Suriel Morel

La Marcha Verde

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Se ha querido vender la idea de que la República Dominicana está dividida en dos bandos, los honestos que salen a marchar a la calle y los corruptos o cómplices que nos quedamos en nuestros hogares, observando como un propósito noble y digno el marchar contra la corrupción y la impunidad está siendo capitalizado por personas manchadas en el pasado con acto de corrupción o incompetencia administrativa.

Nosotros, la mayoría que estamos como observadores pero nos identificamos con la demanda que se plantean contra de la corrupción y la impunidad, no así con la agenda oculta que quieren imponer un candidato presidencial a través de esta bien intencionada iniciativa que nació como movimiento social y hoy lo han politizado y asesinado al ser desvirtuado, porque de un movimiento social paso a político electoral; esto no es el movimiento social del 4% para la educación que fue exitoso.

La marcha verde no ofrece una visión completa de la realidad dominicana, el problema de República Dominicana no es solamente la corrupción administrativa, es inmigración haitiana, es educación ciudadana, es sanidad pública, es una oposición sin visión, ni proyecto de nación, es desforestación, es salarios de miseria, es el saqueo de nuestros recursos naturales, es inseguridad ciudadana, es la no aplicación de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, es la no explotación del mar en nuestra zona económica exclusiva (ZEE), rica en vida marina e hidrocarburos y un gran etcétera mayúsculo. Debemos saber diferenciar la verdad de una falsa conciencia o una conciencia mutilada producto de la alienación y la manipulación.

 

Violentar el principio del pluralismo, elemento básico de la democracia, donde parte de los organizadores de la marcha, no permiten la disidencia en contra de quienes creemos que la Marcha Verde está siendo desvirtuada para otros fines; este razonamiento injusto cierra el camino a la libertad de expresión, pero abre el camino a la imposición de una sociedad totalitaria, Dios salve a la República Dominicana de gobernantes de semejante naturaleza.

 

No por casualidad vemos como avanzan acciones políticas descabelladas para imponer a un candidato presidencial de la Marcha Verde, la Alianza «para ellos» acarician la idea de un Guillerno Moreno como candidato y en moderno de palabra no sabemos quién será candidato si Hipólito o Luis Abinader; una cosa si es segura y es que no se jalaran la greña por falta de materia prima en uno de los dos aspirantes, pero puedan de que desentierren el arte de las sillas voladoras, recuerden que eso es PRD en su versión «moderna».

 

El escaso predicamento de los grandes males de la sociedad es el gran ausente en la marcha verde, para ellos no existen los problemas sociales en la República Dominicana, ojalá y se sobrepasé cualquier expectativa de justicia contra los corruptos llevándolos a la cárcel; en mis más de 40 años de militancia política es la primera vez que veo una marcha monotemática, no existen otros males, no se quiere tocar el súper peligroso caso de la excesiva emigración haitiana; nuestra lucha como pueblo la quieren convertir en posverdad, es decir, mentiras y manipulación construidas con precisión quirúrgica y mucha anestesia para que el pueblo dominicano no despierte de que le están robando el país, políticos corruptos, haitianos sin control, junto a dominicanos traidores. Se marcha más con las vísceras y el instinto que con la razón o la lógica, siempre se debe saber qué hay detrás de cada paso político que se da: por qué no marchamos contra todos los males de la República Dominicana.

La ciudadanía está cansada de que la tomen de tonto útil, la corrupción ha conmocionado a la sociedad dominicana, la gente quiere justicia, no a la impunidad, pero no más de lo mismo porque esos líderes políticos que están yendo a la Marcha Verde son parte del problema. Como es posible que los ciudadanos marchen detrás de una consigna y no de una ideología; las ideas nos dan a conocer que se quiere y los fines que se buscan. La ideología es una radiografía del pensamiento político, con ella podremos saber cuál es el sistema político, económico, social y cultural para accionar en la construcción del modelo de sociedad que se quiere. Alguien me dirá esta marcha verde es un movimiento social, no es un movimiento político, entonces yo pregunto que busca esos líderes políticos en la marcha, en su afán de protagonismo y que tienen aspiraciones presidenciales para el 2020; por qué no los desautorizan públicamente.

 

Muchos ciudadanos que van a la marcha, ya empiezan a cuestionar la asistencia oportunista de estos posibles candidatos presidenciales, su presencia le hace más mal que bien al objetivo noble y honesto de no a la impunidad. Se quiere uniformizar las mentes de los ciudadanos con determinada agenda, quieren imponer un pensamiento dominante único y acallar las voces disidentes, la intolerancia no acepta la discrepancia, porque entienden que todos tenemos que estar de acuerdo con la agenda oculta de la marcha verde, yo estoy en contra de la corrupción y la manipulación.

 

La batalla por las ideas, se está librando en un mundo políticamente al revés, la corrupción intelectual ha intoxicado la conciencia porque la opinión es vendida como una mercancía de lujo y es muy bien paga, un Twitter tiene más peso que un análisis político o la biblioteca nacional dominicana; el desprecio por el conocimiento es aterrador, no se interesa saber que hay detrás de las cosas para reconocer el engaño. Se ha entronado una cultura online en el mundo que es incapaz de distinguir entre la realidad y la ficción, entonces surgen los especialista en construcción de conciencia falsa, con mentiras perfectamente diseñadas; que apelan más a los sentimientos que a la verdad para mentir y manipular.

 

Los cientistas dicen que el éxito de la posverdad radica en nuestra predisposición a aceptar todo aquello que confirme nuestras opiniones; pero en verdad eso siempre ha sido así por la naturaleza caída del hombre que prefirió la mentira a la verdad; ahora lo novedoso es la forma de como una mentira es propagada a millones de personas de manera rápida a través de las redes, pero igualmente ocurre con la verdad, el problema radica en que preferimos lo más fácil: La mentira a la verdad, porque la verdad cuesta y es más difícil de encontrarla y creerla.

 

La realidad es hipercompleja y muchas veces difícil de aceptar; la mentira, cuando se configura bien es mucho más sencilla, rápida y fácil de digerir. Una persona puede tener un profundo conocimiento técnico en determinada área pero esto no le da una garantía para que no le manipulen; ahora bien, sin ese nivel educativo es mucho más fácil que le manejen; la tecnología de la información facilita que se haga el trabajo más rápido, esto unido a una pereza intelectual para aprender a pensar y cuestionar, nos convierte en presa fácil de los lobos.

 

Una causa justa tiene que estar bien dirigida porque sino puede ser una gran desgracia para una nación en el futuro, cuando no se aplica la visión de manera correcta; por más justas que sea una causa, no significa un cheque en blanco para delinquir ideológicamente en contra de los intereses de la patria; la causa tiene que ser bien enfocada y administrada. Por ejemplo la independencia de México, como toda emancipación, fue un acontecimiento trascendental e incuestionable, sin

embargo fue mal encauzado, justa era la causa de independizarse de España, sin embargo el prócer de ese proceso Agustín de Iturbide (1783-1824), artífice de la independencia de México que se inicia en 1810 y es proclamada el 27 de septiembre de 1821 siendo el primer presidente de los Estados Unidos de México, torció el objetivo, porque su agenda oculta era otra y fue revelada al proclamarse emperador del nuevo Estado mexicano (1822-1823), con el nombre de Agustín I; y el título nobiliario de Alteza Serenísima. Iturbide pasó de patriota a emperador y de emperador a traidor.

 

Veamos las consecuencias de esta causa justa traicionada: la independencia de México fue visionada partiendo del interés por el poder y no por los intereses de la patria naciente, lo cual trajo como consecuencia 50 años de inestabilidad política a la nueva república, que entre el período 1824-1867, tubo 52 presidente, perdiendo gran parte de su territorio por una falsa conciencia, que levantó la bandera de la independencia pero se ocultó la bandera de la apetencia monárquica.

 

Estoy de acuerdo con los planteamiento de la marcha verde, pero no con la agenda oculta que hay detrás, la oposición tradicional se siente derrotada de antemano para las elecciones del 2020; ellos no poseen la capacidad política de convocatoria, debido a que no tienen nada que ofrecer al pueblo; por eso se están valiendo de la sociedad civil para poder sacar el pueblo a la calle. Yo aprendí algo en política cuando era adolescente, y siempre lo aplico en mi accionar, a través de una serie de artículos escrito por Juan Bosch titulado: Aprendamos a desconfiar.

 

 

 

 

 

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