El pasado 29 de mayo del 2017 nos despertamos con la noticia de que la Procuraduría General de la República había iniciado una serie de apresamientos a los presuntos implicados en el caso Odebrecht, entre ellos altos funcionarios del Gobierno, legisladores oficialistas y de la oposición y empresarios. ¿Pero qué pasará después de esto?
La República Dominicana es uno de los países donde Odebrecht pagó las altas cifras en sobornos. Estamos hablando que los funcionarios, esos que elegimos cada cuatro años para representarnos y que tienen el compromiso de trabajar e implementar mejores políticas públicas que nos garanticen una mejor calidad de vida, esos se “engolillaban” unos US$56 por cada USD$ 100 licitados, según confesó la propia constructora.
A pesar de que el caso Odebrecht no es el único de su naturaleza en nuestro país, el impacto que ha generado en la sociedad dominicana provocó el surgimiento de la denominada Marcha Verde, donde todos los sectores de la de la sociedad civil, dentro y fuera del país, ha decidido hacer uso de sus derechos y a través de una serie de iniciativas ha exigido al Estado Dominicano una explicación a todo este atolladero de corrupción que nos arropa.
Desde esos apresamientos he escuchado gente decir que ya todo estaba resuelto y que “están todos los que son”, a pesar de que el proceso no se ha llevado con la rigurosidad que lo amerita, como obviar las licitaciones de la construcción de la planta Punta Calina, (solo por citar un ejemplo).
No podemos ser tan mezquinos, de no ser por la presión mediática, donde el pueblo ha sido el protagonista nada de esto hubiera ocurrido, aunque no hemos llegado a la conclusión que el país espera, una sentencia ejemplarizante contra todos los culpables.
Escándalos de corrupción ha habido: OISOE, CORDE, CEA OPRET y todos los responsables han sido sustituidos, nadie sometidos a la justicia, salvo el primer caso de estos que llegó a los tribunales pero no cayeron los verdaderos “pejes gordos”.
Lo único que garantiza que todos los implicados en el caso Odebrecht (que ha sido el mayor escáldalo de corrupción en Latinoamérica) sean debidamente procesados y que además que todo el dinero recibido sea devuelto, es seguir accionando y haciendo uso de nuestros derechos como ciudadanos.
Nuestro sistema ha colapsado, no existe la institucionalidad y la clase política está en su peor momento, aquí no estamos hablado ni de ideologías y preferencias, sino de un bien colectivo.
Hay que seguir vigilantes porque esto no termina ahora, recordemos el sistema judicial que nos gastamos y que no hay armonía entre lo que ha dicho el Procurador y lo que hace.
Todo lo que hagamos hoy garantizará un mejor futuro para nuestro país y debe ser compromiso de cada dominicano y dominicana.
Los “políticos” jamás deberían alejarse del corazón del pueblo. En las masas residen quienes los eligen; pero también quien los castiga cuando no hacen las cosas como debe de ser.