Santo Domingo 23 / 31 Soleado
ENVÍA TUS DENUNCIAS 829-917-7231 / 809-866-3480
24 de abril 2024
logo
OpiniónFrancisco S. CruzFrancisco S. Cruz

La JCE, los escáneres y los pasados comicios…

COMPARTIR:

Tengo un amigo -de mucho aprecio- que tiene una filosofía de vida, y entre los postulados de su filosofía hay uno que he hecho mío: “Lo que está tranquilo, se deja tranquilo”. En inobservancia de esa filosofía –que nadie, mucho menos una institución pública, está obligado a observar-, la JCE al presentar y traer, al menos en la forma, un tema, si se quiere, ya superado: los escáneres que no funcionaron, en algunos colegios electorales; y, de paso –por inferencia o extrapolación (en algunas cabezas calenturientas del sindicalismo político, al estilo Max Puig y comparsa)-, unos comicios -2016- que ninguna misión de observación electoral nacional o internacional puso en entredicho, a menos que no hablemos de una que otras fallas técnicas u observaciones para mejorar nuestro sistema electoral.

Y si no me equivoco, con el ex titular (y con el actual -2006-2010-) de la JCE, Roberto Rosario Márquez –a quien solo he visto, y ni siquiera hablado-, esa institución rectora de todo el andamiaje técnico y organizacional de las elecciones nacionales y de ultramar, nuestro país superó los famosos fraudes electorales, los conteos interrumpidos –con apagones de luz, incluido- y las recurrentes o inevitables comisiones de “Notables” (tras cada elecciones) para apaciguar o atenuar dos falencias históricas de nuestros actores políticos: a) la falta de un código del perdedor; y b) el creer –por el “galloloquismo” político-cultural- que el país se acaba en cada elecciones.

Pero algo más, con la pasada gerencia de la JCE –a pesar de la  supuesta, o real,  tozudez que se le adjudicaba al presidente de ese organismo- el país también logró crédito internacional, pues, en múltiples ocasiones, esa institución nuestra, dio asistencia técnica a varios países hermanos del hemisferio –entre ellos, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Paraguay y Honduras- en materia de “…transmisión y cómputo electoral y elecciones municipales”. Entonces, de por Dios, dejemos el obsoleto complejo de Guacanagarix -a la inversa- y valoremos y acojamos, de buena ganas, lo que de afuera se nos reconoce –o se nos reconoció en su momento-.

Y con lo que estoy diciendo, no quiero -¡Dios me libre!- que nadie vaya a pensar que estoy defendiendo al Dr. Roberto Rosario Márquez ni al anterior pleno de la JCE –incluido el ex miembro titular y ahora actual vocero del ex presidente Hipólito Mejía-, o que me opongo a que los escáneres esos sean auditados, verificados o investigados (incluso, lo de su compra-licitación). ¡No! A mí me da –como dice otro caro amigo- “Tres pitos y la flauta de Bartolo” que se bata -a hasta que hieda- el tema de los escáneres. Total, yo “no tengo vela en ese entierro”, como dice el refrán.

Lo que está fuera de discusión, es, que tenemos un presidente –Danilo Medina– legítimo, elegido en buena lid y que obtuvo una votación histórica: ¡casi el 62%! Y esa proeza, donde no hay un código del perdedor, es de difícil aceptación-asimilación en el horizonte mental de una oposición política-electoral –e intelectual- que no fue capaz de unificarse-aliarse –ni antes ni durante las elecciones de 2016-, pero que, una vez derrotada, se pusieron de acuerdo (¡igualito que en el 2012!) para dizque la levantar la tesis de “gobierno ilegitimo”, “dictadura de partido único” y que ochocuánto más…

Comenta

[wordads]