El principal poeta dominicano del siglo XX, Don Pedro Mir, en una estrofa de su poema “Hay un país en el mundo”, nos dice: “Hay un país en el mundo colocado en el mismo trayecto del sol, oriundo de la noche…” Quien tiene el honor de escribir este artículo le agrega, que hay una isla que es la nuestra, lo mismo que otras más, que están colocadas en el mismo trayecto de los ciclones tropicales.
Estos fenómenos atmosféricos han estado afectando la Isla de Santo Domingo, principalmente la parte este, que es el territorio de la República Dominicana desde tiempos inmemoriales, probable desde antes de la época pre-colombina, ha sido azotada por tormentas y ciclones; pues esta es la ruta donde ellos circulan en sus movimientos este oeste, desde su origen de nacimiento cerca de la costa de África, hasta el Golfo de México, o las costas de Estados Unidos de Norte América que es donde terminan.
Los huracanes se forman, cerca de la isla de Cabo Verde en el Océano Atlántico durante la estación de verano, debido al calentamiento de las aguas oceánicas, que posteriormente se transforma esta energía recibida del Sol, para convertirse en vientos y lluvias.
Como estos fenómenos se producen todos los años, solo hay que tener un pensamiento imaginativo, para pensar en el sufrimiento de muchos pueblos aborígenes y de sus pobres Caciques, contemplando las devastaciones que les producían estos fenómenos de la naturaleza, sin ellos tener recursos para poder mitigar, e ir en auxilio de su gente damnificada, en eventos que de seguro se produjeron antes del “Descubrimiento de Cristóbal Colón”.
El 2 de julio de 1502 llegó la tormenta, que Cristóbal Colón había pronosticado cuando venía desde, España hacia la Española en su cuarto viaje. Este ciclón o tormenta arrasó con la pequeña villa de Santo Domingo, que había fundado por el Adelantado Don Bartolomé Colón, hermano de Cristóbal en el año 1496, en la margen oriental del rio Ozama. Esa tormenta hundió 10 naves que iban de regreso a España, en ellas murieron el anterior gobernador de la isla Francisco Bobadilla y Don Francisco Roldán este último, que anteriormente se había revelado contra Cristóbal Colón, cuando este era gobernador de la Española.
Ese primer huracán del que se tiene noticia cierta en la Española, provocó que el nuevo gobernador de la isla Nicolás de Ovando, trasladara la recién fundada ciudad de Santo Domingo, a la margen occidental del rio Ozama, donde hoy se exhibe majestuosa.
De la época pre- colombina, no tenemos informaciones claras, de los numerosos fenómenos atmosféricos que de seguro ocurrieron en esta isla; solo tenemos algunos testimonios, contados por algunos cronistas, de los que vinieron entre los primeros colonizadores, como el ofrecido por Fernández de Oviedo, el cual exponemos:
“Decían los indios que otras veces solían haber huracanes, pero que no había jamás acaecido otro tan grande ni tan semejante en su tiempo, ni se acordaban haber oído ni visto cosa de tanto espanto é trabajo en sus días ni en los de su pasado”. Está claro que los aborígenes hacían la comparación con el ciclón ocurrido en 1502.
En el año 1508 otro huracán azotó, provocando muchos daños, otra vez en la ciudad de Santo Domingo; en los años: de 1509, 1526, 1545, 1672, 1680, 1751 y 1831 se produjeron fenómenos atmosféricos que causaron, numerosos daños en nuestro territorio. En el año 1834 se produjo un huracán designado, como del padre Ruiz, en el año 1894 se produjo otro ciclón, nombrado por la sabiduría popular, como el ciclón de Lilís. Ulises Heureaux (Lilís), era el presidente para esa fecha, recordemos que era un tirano, odiado por muchos y que posteriormente fue fusilado.
Iniciando el siglo XX se produjeron los ciclones de San Ciriaco y el de San Cirilo. Si observamos la secuencia, de estos fenómenos de la naturaleza a través de nuestra historia, muchas veces vemos que se presentan de forma continua, en una década o en un lustro; sin embargo, otras veces pasan muchos años sin que nos perjudique alguno de ellos.
El 3 de septiembre del año 1930, a solo unos siete meses de la toma de posesión del gobierno encabezado, por el dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, se produjo el ciclón de San Zenón; este ha sido el más devastador de los ciclones, que han azotado nuestro territorio. El ojo de este huracán pasó por la ciudad de Santo Domingo, prácticamente destruyendo esta urbe, que contaba para la fecha de unos 70 mil habitantes.
San Zenón, produjo la muerte de más de 3 mil personas y de más de 20 mil heridos y la destrucción de decenas de miles de hogares, pues pocas casas quedaron servibles; además produjo la ruina económica, de la producción del campesinado de las provincias adyacentes a la capital de la República.
En los años 1931 y 1932 se produjeron dos tormentas, que produjeron daños menores. En el año 1955 se produjo la tormenta katie que produjo algunos daños, a principio de la década del 1960 se produjo el huracán Flora que produjo considerables daños a la agricultura, sobre todo en el Sur.
Iniciando el gobierno de “los 12 años de Balaguer”, el 29 de septiembre de 1966, se produjo el poderoso ciclón Inés, categoría cuatro, con 240 km/h. Este provocó unos 70 muertos y la destrucción de la economía agrícola del sur profundo, sobre todo en Pedernales.
El 31 de agosto del 1979, se produjo el segundo ciclón más devastador de nuestra historia republicana, el ciclón David, con vientos de 250 km/h, provocó unos dos mil muertos, decenas de miles de heridos, 150 mil refugiados y numerosos desaparecidos; además decenas de miles de casas destruidas y daños cuantiosos a la agricultura. El ojo de ese huracán entró por la comunidad de Palenque de la provincia San Cristóbal.
Otro ciclón muy destructivo, lo constituyó Georges, con vientos de 200 km/h, se produjo, el 22 de septiembre del 1998, provocó unos 283 muertos, 595 heridos, 64 desaparecidos, millares de casas destruidas, miles de refugiados y la destrucción de gran parte de la economía agrícola, de las provincias ubicadas en el entro de nuestro país, el ojo de ese huracán pasó por el centro de las provincias ubicadas en el este de nuestra República.
Es importante destacar que la República Dominicana, está ubicada en la parte este de la Isla de Santo Domingo, y por esa realidad la mayoría, o quizás la totalidad de los ciclones y tormentas que afectan nuestra nación, también lo hacen en el territorio haitiano. Según contabilizaron los investigadores: el ingeniero Antonio Cocco Quezada y el Dr. Gregorio Gutiérrez Pérez autores del libro “El Huracán George en la República Dominicana”, entre los años 1873 al 1998, se produjeron unos 65 ciclones tropicales, tomando en cuenta la escala Saffir Simpson, en la medición de estos.
A continuación, destacamos otros fenómenos atmosféricos que han afectado nuestro territorio: en el 2004 se produjo la tormenta Iván, en el 2007 las tormentas Félix, Olga y Noel, Matthew en el 2016, Irma en el 2017. Tiempo atrás se habían producido el ciclón Bueulah en 1967, pero no podemos olvidar la tormenta Frederick o Federico, que atacó una semana después del ciclón David, provocando grandes daños a las propiedades, sobre todo la economía agrícola, debido a la gran cantidad de agua que provocó.
También se produjo la tormenta Debby en el año 2000, Jeanne en el 2004, la tormenta Sandy en el 2012, María en el 2017 y en lo que va del 2020, tanto la tormenta Isaías como la tormenta Laura. Estas ocasionaron muchos daños en varios lugares del país, principalmente en la provincia de Hato Mayor.
Los ciclones y tormentas han desatado su furia sobre nuestro territorio, desde los tiempos pre- coloniales y siempre lo harán a través del tiempo, porque estamos ubicados en su ruta, por esta razón, debemos conocer, prever, planificar para coordinar respuestas que puedan mitigar sus efectos. En este artículo expondré una panorámica simple, para poder entender y conocer el trazado de la ruta de estos fenómenos.
El planeta Tierra que es nuestro hogar, es una esfera, o esferoide y toda esfera tiene 360 grados. La tierra ha sido dividida en líneas imaginarias, que van de polo a polo, estos son los llamados meridianos, hay uno principal que es el Meridiano Cero o de Greenwich, llamado así porque pasa por una ciudad inglesa con ese nombre, esa línea imaginaria divide al planeta en longitud este y longitud oeste; en total son 24 los meridianos más importantes. Otra línea divide la tierra en dos partes norte y sur, es el paralelo del Ecuador, son también 24 los paralelos más importantes, pero el principal es el Ecuador.
La Isla de Santo Domingo está ubicada al norte del Ecuador, por lo tanto, estamos en la Latitud norte. También estamos ubicados en la margen oeste del meridiano cero, por lo tanto, nos ubicamos en la longitud oeste. Es importante señalar que si dividimos los 360 grados que tiene la tierra como toda esfera, entre las 24 horas que tiene el día, establecemos que de cada paralelo a otro, o de cada meridiano a otro hay unos 15 minutos y así podemos determinar las horas, los minutos y los segundos. Es la forma de ubicar un punto, ejemplo un barco u otro objeto dentro de los océanos.
Nuestra República y la Isla de Santo Domingo, tiene una coordenada de: 17°36’ y 19°58´ latitud norte y unos 68°19´, con la frontera de Haití y 72°01´ latitud oeste al final de la isla, en su límite con el Canal del Viento. Cualquier ciclón o tormenta que venga en esta coordenada o dirección, tiene el potencial para afectarnos, aunque todavía este distante.
POR ANGELITO MANZUETA